Seguimos avanzando en esta cita interminable en Losail, que perfectamente podría haber firmado Michael Ende, punto que no puedo confirmar porque desconozco si al mago de las letras alemán le gustaban las carreras de bólidos tanto como los dragones y los niños que luchaban por salvar Fantasía.
Pero vayamos a lo positivo, si la Sprint, tanto en su clasificación como en su disputa, han venido a demostrar (de nuevo), que son un sobrante totalmente prescindible, que sólo sirve para que Sky Sports —sigo viendo las pruebas con mis amigos los british—, o cualquier otra plataforma de contenidos, incorporen publicidad y más publicidad con la que sufragar los costes que impone Liberty Media, la clasificación para la prueba ha supuesto un entrañable reencuentro con nuestra actividad, la de siempre, claro.
Entretenida de Q1 a Q3, nos ha permitido ver a Fernando metiendo su tractor verde en la fase definitoria, a unos McLaren que ya saben que Woking se calzará el Mundial de Constructores porque Checo sigue muy lejos de su mejor momento y Ferrari continúa haciendo de Ferrari, a un Russell que clama en el desierto de Brackey que le dejen ser lo que es... Y a un Verstappen voraz, que ni con su reciente título bajo el brazo renuncia a mostrarnos en qué consiste este bonito deporte.
Os leo.
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