Me reí de que se hablase de «nivel» cuando Daniel Ricciardo anunció su paso a un lado en el Gran Premio de Singapur. Días antes había escrito sobre la deriva del equipo de Faenza en los siguientes términos: «... tan sólo ha acumulado 6 de España a esta parte, y contando con que resulta complicado que haga algo especial en Marina Bay, y esto, de toda la vida de Dios se llama tendencia, tendencia catastrófica, apocalíptica, más bien» [La tendencia (VCARB/Alpha Tauri)], de manera que el nivel del australiano parecía más bien el nivel del VCARB 01, que no daba para más.
Esto de la desconfianza en ese coche no era cosa de septiembre. Ya en febrero, con las presentaciones, escribí: «La cosa suena a compensación por posible pérdida de puntos, para que Red Bull deje de tutelar (y usar) a su filial de Faenza con tal de que Zak Brown duerma tranquilo y renuncie a dar por el flete con el asunto de la multipropiedad de escuderías» [Mona se queda (VCARB/Alpha Tauri)].
Por contextualizar mejor, también os paso la referencia que usaba hace 11 meses: «Que yo sepa, no existe ningún otro deporte importante en el que se puedan tener dos equipos rivales, debido a la influencia política y al mercado de jugadores» [Red Bull – VCARB: Zak Brown se enfrenta a la propiedad múltiple de equipos]. Bueno, lo cierto es que Brown ha estado insistiendo en este flanco y otros contra Milton Keynes hasta quien dice anteayer, básicamente hasta que McLaren tenía casi asegurado el Mundial de Constructores y luchaba sólo contra Ferrari, un decir.
Mi hipótesis para 2024 estaba clara desde el comienzo de la temporada. Red Bull ha exprimido poco la habitual colaboración con su equipo B, limitando así los progresos del RB20 en cuanto a unidad de potencia y aerodinámica, y junto al sacrificio de Checo Pérez, ha tirado con lo justito para coronar a Max y cumplir el contrato con el holandés, aunque de esto hablaremos en una próxima ocasión.
En consecuencia, el VCARB 01 funcionó razonablemente bien mientras pudo estirar las bendiciones del RB19, su hermano mayor. Acabada la magia en verano, comenzó su declive inevitable y a las pruebas me remito, puesto que Tsunoda ni Lawson han podido hacer nada espectacular tras el retiro de Ricciardo, sencillamente porque el monoplaza italiano nunca ha estado al nivel óptimo con ninguno de los tres pilotos.
Octava escudería en el Mundial, Zak amansado y más feliz que unas Pascuas y todos tan contentos... Honestamente, creo que el saldo ha sido bastante positivo.
Os leo.
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