Independientemente de que los 35 puntos del fin de semana en Sao Paulo hayan ayudado a mitigar el impacto, Alpine ha tocado suelo de la manera más tosca posible, y, en consecuencia, sólo cabe esperar una pronta recuperación.
La de Enstone comenzaba mal la temporada con Bruno Famin a los mandos después del despido procedente de Otmar Szafnauer en 2023 [Out! (Alpine)], continuaba de mal en peor hasta septiembre de este mismo año, incluso habiendo contratado a Flavio Briatore [En caída libre (Alpine)], y el resto ha sido, lisa y llanamente, un sainete continuo desde el patadón que propinó Famin a Esteban Ocon tras Mónaco, y con Viry-Châtillon y Renault cayendo bajo el fuego amigo como espectáculo telonero y postrero.
¿Se podía hacer más? Sinceramente lo dudo. El paso de Szafnauer por la anglo-francesa ha sido tan nefasto que a Briatore sólo le ha quedado meter el cuchillo y amputar para evitar la gangrena.
Con la perspectiva de utilizar unidades de potencia Mercedes-Benz a partir de 2026, diríase que Toto ha aflojado su negativa a que el propulsor francés ganara algunos caballos, pero no nos equivoquemos con esto, pues 2025 se antoja otra campaña complicada para Alpine, eso sí, con Pierre Gasly y Jack Doohan defendiendo los colores con un horizonte ligeramente más optimista.
En febrero la puse sexta al finalizar la campaña y sexta ha sido, pero tampoco erremos la valoración, porque sin el saldo obtenido en Interlagos, perfectamente habría podido terminar octava, inmediatamente detrás de Alpha Tauri o como se llame ahora la de Faenza.
Os leo.
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