No sé cómo se reacciona cuando el jefe del cotarro te pide que pierdas 20 o 25 segundos en las primeras cinco carreras —«I mean, we were winning races by 20, 25 seconds and Stefano (Domenicali, F1 CEO) was asking us to slow down in the first five races...» [We were winning by 25s, Domenicali asking us to slow down]—, pero sí puedo dar fe de que si Red Bull pone un circo en 2024 le crecen los enanos.
Tampoco es que sirva de mucho valorarlo ahora, la verdad, y obviamente desconozco si las reyertas intestinas de inicio de año mancharon de sangre el tatami, como aseguraba la prensa, o si el celo supervisor de la FIA para con la de Milton Keynes algún matiz que se me escapa, pero el caso es que Horner, como Wolff [La «lewisitis» (Mercedes AMG)], ha tenido en las manos su propia patata caliente y, a diferencia del colega austriaco, ha superado más ramplón la papeleta, pues en el camino ha perdido a Adrian Newey y Checo Pérez, y ha dejado su escudería hecha un trapo.
A ver, todos hemos leído el libro del mago [How To Build A Car (Adrian Newey)] y conocemos su trayectoria y cómo elige la gente que lo rodea, y resulta complicado asimilar que siendo tan escrupuloso y previsor, el RB20 haya desfallecido como una damisela de las novelas de antes en cuanto se supo que fichaba por Aston Martin. Creo, más bien, que Red Bull lo ha utilizado como excusa para jugar sus bazas sin que se notara demasiado que estaba haciendo caso a Domenicali, aunque, ya podemos decirlo, al británico se le ha ido la mano.
Sí, creía que RBR también iba a ganar el Mundial de Constructores este año [Ave Fénix (Red Bull)], aunque, imagino, a Liberty le resultaba más dramático y provechoso, en términos de audiencia, contentar a Brown y vender un final de temporada con Ferrari y McLaren luchando a brazo partido por la corona...
Cuarto título para Max Verstappen, tercer puesto en el de Marcas, y un roto en el casco que habrá que recomponer más pronto que tarde, incluso sumando a la ecuación para 2025 una incógnita como Liam Lawson como sustituto de Pérez, que no es que no vea al neozelandés en el puesto de segundo piloto, aunque me esperaba algo más sólido.
Os leo.
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