viernes, 13 de diciembre de 2024

Vivir del cuento


Avanzamos de manera inexorable hacia el final de este agotador 2024 y hay que hablar de Fernando, porque del bicampeón del mundo hay que hablar siempre, a pesar de que malditas las ganas cuando el Nano ha sido secuestrado por los que sólo saben hablar de él, para bien o para mal, y este año nos ha salido lastimado en Aston Martin.

¿Cómo le irá en 2025 al asturiano? Bueno, retocaría la pregunta y la cambiaría por ¿cómo nos irá en 2025 a los seguidores de la verde? ya que así podré volver a contestar lo que llevo contando desde este pasado verano y esfuerzo que me ahorro, ya véis.

La temporada que viene no supone un buen espacio para que un equipo cliente inicie ninguna aventura porque a comienzos de 2026 se cambia la mesa de juego, la baraja y el crupier, y, entonces, será cuando descubramos las bondades de la plataforma Honda y la mano de Newey. 

Aerodinámicamente hablando puedes mejorar el conjunto y, sin duda, así será, pero si no dispones de una buena unidad de potencia no vas a estar muy arriba, y menciono esto, porque, desde que la de Silverstone anunció que se juntaba con la japonesa y llevaba meses trabajando con ella hombro con hombro, hemos apreciado tantas cositas raras en la entente Aston Martin y Mercedes-Benz, incluyendo el flojo AMR24, que no seré yo quien niegue que Toto Wolff continúe no estando por la labor de ayudar a un posible enemigo.

Obviamente descarto que la de don Lorenzo se pueda convertir en la McLaren que hemos visto esta campaña. No soy tan ingenuo, ¡vaya!

Dicho esto, contando con que Lance siga as usual, si el Nano dispone de algunas decimillas extra podrá hacer más de un roto entre sus rivales y, con suerte, darnos algún que otro alegrón, aunque, así, en líneas generales, creo que nos tocará sufrir en 2025. Ya en 2026 será otra cosa y os prometo que hablaremos de las expectativas que abre el nuevo túnel de viento, una profunda modernización del CFD y el simulador, y de la implicación de Honda y Adrian Newey.

Pero tampoco desesperéis demasiado con lo que acabo de escribir. Los que viven del cuento seguirán haciéndolo, y seguro que nos granjean grandísimos momentos desde sus respectivos púlpitos.

Os leo.

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