No hay nada como tener claro un propósito en la vida, y aunque anduve acariciando la idea de que Andretti acabaría comprando Haas, y que ésta era la razón esencial que justificaba el milagro que venía protagonizando la anglo-americana durante la temporada 2024 [¡Sorpresa! (Haas)], vino Dios a vernos y, finalmente, la de Gene firmaba una colaboración técnica con Toyota Gazoo, que se hizo pública unos veinte días después de que escribiera la entrada que acabo de enlazar.
Obviamente no es lo mismo ser comprada por Andretti que terminar colaborando con Toyota, pero había gato, maullaba y, a comienzos de octubre, pudimos ver sus ojillos amarillos.
De no haber sido por la hazaña de Alpine en Sao Paulo, Haas habría terminado esta campaña en la sexta posición del Mundial de Constructores, pero la séptima plaza tampoco está mal para el prometedor futuro que se abre ante Ayao Komatsu y su gente de cara a 2025, y contando con que la pareja de pilotos se ha renovado completamente y, en vez de Magnussen y Hulkenberg, serán Bearman y Ocon quienes defiendan los colores de la escudería de Kannapolis/Banbury.
Toyota Gazoo, más implicación de Ferrari... Haas apunta alto por primera vez desde que forma parte de la Fórmula 1 (2016), y es que, al final, competir en la máxima disciplina consiste en esto mismo: tener un objetivo y alcanzarlo sin que se note demasiado que hay gato encerrado, ya que los milagros no existen en nuestra actividad y conviene no olvidarlo, o eso dicen.
Os leo.
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