viernes, 25 de septiembre de 2020

Prefiero a Kimi


Entiendo perfectamente que Lewis y sus mensajitos inspiradores cuajen en determinado tipo de gente, y lo acepto aunque no formo parte de la corriente ganadora pues la edad me ha hecho mella donde tenía que hacerla: demasiadas gilipolleces me importan un pimiento.

Además, teniendo a Kimi por aquí por qué coño me iba a molestar que Petrov haya querido su minutito de gloria esbozando un pensamiento ruso de sartenazo y p'alante. El hexacampeón domina eso que Matt Bishop denomina discurso, que ya sé que le viene grande el término a las hazañitas del de Stevenage, pero el periodista británico me merece todos los respetos a pesar de ser uno de los creadores del mito Hamilton, ya que tuvo agallas para reivindicarse como homosexual en un mundo plagado de machotes. Pero tengo a Kimi, que es lo importante, porque el de Espoo ha contraatacado nada menos que con James Hunt, quien en una sola frase consiguió más de lo que logrará Lewis en quince vidas plagadas de moñadas.

«Sex, breakfast of Champions F1» es un mensaje conciliador y genérico, universal, porque caben en él tanto blancos y negros como cobrizos, pardos o amarillos, heterosexuales, homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgénero, onanistas, jóvenes y viejos, de cualquier nacionalidad, edad y color, y lo que sea donde encajamos los españoles para el Tymes. Y nuestro protagonista homenajeó a su héroe en Mónaco 2013 y Bernie cogió rebote porque hay cosas que molestan al poder establecido aunque hay que hacerlas...

El marido de Minttu es gente según la gramática de Dersu Uzala, quizás por eso, por tomarnos en serio, pasará a la historia como un borracho que tuvo la fortuna de ganar el título 2007 debido a que McLaren no debía llevarse aquel Mundial (sic). Después de la República Checa, el Reino Unido es el segundo país más xenófobo y racista de la vieja Europa [Conoce los países con mayor índice de discriminación racial]. Supongo que está bien que un británico que se acaba de dar de bruces con una realidad que no le ha merecido ninguna atención hasta estos instantes, haya decidido convertirse en un ser de luz poco menos que de la noche a la mañana. Pero me quedo con Kimi, y con James, por supuesto.

Os leo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Respecto a los duros inicios (es una ironía) de Hamilton en el motorsport, se lo podrían preguntar a Wesley Graves, ex piloto junior de McLaren un año menor, y quién fue desechado por la de Woking, según él, "porque Mcl quería al primer campeón negro de la historia...

Otrokimista dijo...

Yo también prefiero al borracho y me atrinchero con usted esta vez, viejo blogo de mar :)

Anónimo dijo...

Yo no era de Alonso. Me gustaba que le plantara cara al orden establecido, al Kaiser y por qué negarlo, que fuese un compatriota. Como si la proximidad geográfica dijera que yo podría haber sido como él.
Pero me ganó en su segunda etapa de Renault: Verlo pelear sin esperanzar, luchando por cada posición como si con ella fuese un campeonato me demostró que es alguien especial, algo escaso y digno de recordar.

¿A quién no le cae bien Kimi? Ese desparpajo, ese ir por libre, no dejarse oprimir por lo socialmente correcto es el sueño de cualquiera.
Le reprochaba esa "docilidad" que parecía tener en Ferrari aceptando sin rechistar doblegarse para así poder mimar a un compañero que no estaba a la altura.
Pero me equivocaba.
Verlo en Alfa Romeo luchar por la esperanza de algún punto, intentando llevar el coche un poquito más allá de donde puede estar, discutiendo con sus ingenieros y peleando sin resignarse me ha abierto los ojos.
Detrás de esa fachada aparentemente poco seria se esconde alguien especial para este deporte.
La mayoría lo recordará por ganar un mundial dicen que de rebote, por comerse un polo o irse a un yate a tomar champagne tras un accidente pero es de esos pocos que nacen con un algo que les hacen especiales.
Disfrutémoslo mientras podamos.

Un saludo
Sr. Polyphenol