sábado, 12 de septiembre de 2020

The French Sports Car Revolution [Anthony Blight]


Mi copia de The French Sports Car Revolution (Haynes Pubns; 1996), no deja de ser un grueso PDF debidamente encuadernado en polipiel azul, que ocupa un lugar destacado en mi biblioteca de libros de autos, no obstante, a pesar de carecer del enorme bagaje fotográfico del original, sigue subtitulándose «Bugatti, Delage, Delahaye and Talbot in Competition 1934-1939», dejando constancia de que es un homenaje a los grandes precursores del automovilismo de competición, que lejos de ser ingleses, como se acostumbra a afirmar, fueron firmas francesas.

El desaparecido Anthony Blight (Talbot Owners Club), piloto, coleccionista y especialista, así como escritor de Georges Roesch and The Invicible Talbot, aborda en este libro que traigo hoy a Nürbu los cuatro pilares del deporte galo sobre cuatro ruedas en los años anteriores al inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Prologada por Bill Boddy, fundador de la revista MotorsSport y editor en ella desde 1936 a 1991, la obra supone un monumental repaso por la historia de Bugatti, Talbot, Delage y Delahaye, que no repara espacio en sus exposiciones, ni escatima al lector unos sabrosos capítulos iniciales que nos retrotraen hasta 1919, inmediatamente después del término de la Gran Contienda, para llevarnos en volandas hasta las repercusiones en la industria del automóvil de La Gran Recesión posterior a 1929 en Francia, y, a partir de ahí, contextualizar adecuadamente la historia de las cuatro marcas protagonistas que arranca, como se dice en el subítulo, en 1934, a pesar de que no concluye en 1939, sino en la Mille Miglia de 1940.

He comentado al inicio que el volumen es grueso en PDF pues llega a las 425 páginas aunque Amazon me dice que el original (con fotografías) alcanza las 552 y, por qué no decirlo, un precio desorbitado. En todo caso, que es lo que nos ocupa, su interés radica en la profundidad de los análisis, las continuas comparaciones con marcas como Lagonda, Bentley, Alfa Romeo, etcétera, la amplia perspectiva de aproximación, y una metodología que aplica su foco en el aliciente que supuso para la industria francesa la aparición de la maquinaria alemana, fuertemente apoyada por el III Reich.

Blight despliega en The French Sports Car Revolution todo su talento. La lectura se hace pesada a veces —más si cabe con un inglés rudimentario como el mío—, pero, en líneas generales, el libro merece mucho la pena porque es una obra de consulta que permite ser leído por capítulos sin necesidad de empezarlo y terminarlo de un tirón. Lo recomiendo, como siempre hago con todo lo que acerco a Nürburgring.

Os leo.

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