lunes, 7 de septiembre de 2020

Experimentos con gaseosa


Brawn no ha tenido mejor ocurrencia que desempolvar el temita de las parrrillas invertidas al comprobar durante el Gran Premio de Italia que, cuando las cosas se hacen bien en Fórmula 1, el espectáculo casi sale solo.

Si Charlie Whiting estuviese aquí, entre nosotros, Gasly no se habría comido un colín y seguramente habría ganado Hamilton porque es lo que dice la gramática sumanúmeros anglosajona. Pero el Director de Carrera británico no está y en Monza hubo dos Safety Car bastante pertinentes, la verdad, y una bandera roja que, con sus más y sus menos, también fue adecuada, al menos así lo considero, porque había que sacar los restos del cacharrillo de Leclerc de una zona comprometida y devolver las protecciones a su estado más o menos natural. Pero lo mejor fue que a Lewis se le sancionó por incumplir la Normativa, independientemente de que, en origen, la cagada fuese imputable a su equipo.

El sábado también asistimos a la eliminación de algunos tiempos durante la clasificación por aprovechar como pista lo que en sentido estricto no lo es, y bueno, todo esto ya lo tiene nuestro deporte escrito y bien escrito, negro sobre blanco, que se ha dicho siempre, pero el asunto es que no suele aplicarse, con el agravante de que, en el caso concreto de unos pocos conductores cuyos nombres conocemos todos, se prefiere mirar para otro lado antes que meterles mano.

No soy nadie para dar consejos, menos a Ross Brawn, pero antes de tirar por la jaimitada de las parrillas invertidas, recomendaría que se probara durante una temporada a sancionar todo lo sancionable y a evitar que el Reglamento se convierta en una tomadura de pelo. Luego, ya si eso, si comprobamos que efectivamente la actividad no ofrece espectáculo sin intervención de mamoneos, yo mismo estaré abierto a valorar otras alternativas, pero mientras una carrera bastante limpia en cuanto a aplicación de reglas sea el exponente de lo que busca la Fórmula 1, me dejaría de hacer experimentos salvo que fuese con gaseosa.

Os leo.

2 comentarios:

Ricardo dijo...

Ross Brown no es santo de mi devocion. Entiendo desde lo del milagro del BrownGP que este hombre es puro stablishment.
Tampoco creo que toda la culpa de la sancion de Hamilton sea de Mercedes. El piloto tiene que saber el reglamento y l significado de las distintas banderas. Segun analizo SkyTV, la vio dos veces y aun asi procedio a entrar a boxes. Mi lectura es que como esta tan ocupado con su musica y su BLM, no tiene tiempo ni curiosidad por aprender los gajes de su oficio. En otras palabras, le tuvieron que explicar porque lo sancionabas, pues no tenia ni idea.
Esta interpretacion concuerda con el lio de los botones de Brasil 2007, con la conversacion con su ingeniero en el 2016, donde le pedia que le aclarara que secuencia de botones apretar para resetear el coche (algo que Rosberg ejecuto sin pestañear) y que Bottas se pase media vida sentado enfrente del simulador, mientras nuestro amigo se codea con Christina Aguilera.

Cao Wen Toh dijo...

¿Parrilla invertida? Más o menos esto: los sábados una clasificación de a ver quién corre menos o ni siquiera sale de boxes. Espectacular.

Aplicar el reglamento a todos, liberar a los constructores para que puedan mejorar motores y todo lo demás durante la temporada (dentro de unos límites iguales para TODOS). Variedad en fabricantes de gomas. Más entrenamientos privados. Son unas cuantas soluciones y no estoy inventando nada. Vamos, lo de siempre hasta hace 14 años.