martes, 29 de septiembre de 2020

Lancia Gr.5 Beta Montecarlo

Bajo el paraguas de la normativa del Group 5 FIA, Pininfarina consiguió materializar el propósito de Lancia de convertir su Beta Montecarlo en una auténtico animal de carreras, listo para disputar el World Sportscar Championship frente a los entonces dominadores de la categoría, los todopoderosos Porsche 935. 

Lancia Corse partía del deportivo de la casa pero sólo como concepto para la homologación, ya que, en realidad, el Lancia Gr.5 Beta Turbo era un silhouette con alma de guerrero. Así las cosas, salvo el parecido razonable existente entre la bestezuela y su homónimo de carretera —esencia del atractivo de los GR.5 entre los aficionados—, el vehículo se había rehecho por completo. Manteniendo el bloque motor en su posición comercial (central y transversal), el chasis monocasco original fue sustituido por uno tubular de acero al que iban acopladas las suspensiones McPherson, que facilitaba un bajo peso y la elasticidad necesaria, y que fue resuelto por la parmesana Dallara Automibili

Abarth se encargó del motor, el 4 cilindros en línea con una capacidad máxima de 1.425 cc. proviniente de producción, se aumentó a 16 válvulas y acopló un KKK-Turbo, circunstancia que le permitió ser capaz de arrojar más de 450 caballos de potencia nominales, que unido a sus escasos 780 kilos, lo habían convertido en una arma letal en la clase de hasta 2 Litros. Faltaba la aerodinámica, y como mencionábamos al inicio, Carozzeria Pininfarina echó el resto.

El riesgo de contar con mucho empuje y un peso liviano es arriesgarse a sufrir una elevada resistencia al avance (drag) como el resultado no sea fino, pero Pininfarina consiguió cerrar el círculo y logró un Cx de 0'32 —el estilizado Lamborghini Countach ofrecía 0'35—, lo que, a su vez, permitió aumentar la potencia hasta los 473 caballos...

Podríamos dedicar varias entradas como ésta al pequeño Aquiles de Lancia, pero como tenéis suficiente material como para pasar una buena tarde indagando sobre su historia y pormenores, vamos con la maqueta a escala 1/43 que, bajo el sello Altaya, forma parte del catálogo IXO y se comercializó en nuestro país en la colección 24 Heures du Mans.

A pesar de su bajo precio, está muy bien resuelta y goza de una más que digna tampografía. Se corresponde al dorsal número 51 que participó en las 24 Horas de Le Mans de 1980 con Bernard Darniche, Teo Fabi y Hans Heyer al volante —su unidad hermana, la 52, disponía de idéntica decoración pero con fondo azul en vez de rojo—. Partieron desde la plaza 55 y concluyeron tempranamente a las seis vueltas, a pesar de que buscando la fiabilidad el motor había bajado a los 400 caballos y que el fascículo correspondiente los colocaba en la posición 25 al término de la prueba. Un pecadillo sin importancia.

Os leo.

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