lunes, 28 de septiembre de 2020

¿Qué ganas, Toto?

En estos momentos Lewis parece una versión bastante rancia de nuestro querido Crazy Horse de 2008 a 2011. 

Creo que fue Javi Arce quien lo bautizó así en razón de que el británico acusó abundantes salidas de pata de banco tanto dentro como fuera de la pista durante ese periodo, y sí, el piloto a quien la FIA puso una flor en salva sea la parte tras su desembarco en nuestra disciplina, ya jugaba entonces con el sentirse perseguido a causa del color de su piel, más oscura que ahora, por cierto: «Es simplemente ridículo. Estos pilotos son ridículamente ridículos [en referencia a Maldonado y Massa durante el Gran Premio de Mónaco 2011]. Es estúpido. A lo mejor es porque soy negro. Eso es lo que dice Ali G. No lo sé» [A lo mejor me sancionan porque soy negro].

En fin, la escalada de faltas de respeto a la FIA, a sus compañeros y al deporte en general, está alcanzando niveles épicos esta temporada. 
 
Pasando por alto las víctimas colaterales de su lucha por convertirse en un ser de luz [Leclerc reivindica su decisión de no hincar la rodilla], o la irritante necesidad de imponer un discurso contra el racismo que ha llevado a la Federación a aclarar qué pueden llevar los pilotos antes de la carrera y en las ceremonias del podio [La FIA prohíbe camisetas reivindicativas en el podio de la F1], nos queda su insultante visita a los comisarios en Monza  [Caperucita y el macarrilla feroz], y sus palabras después del Gran Premio de Rusia acusando a la intitución de perseguirle (sic), que han llevado a Michael Masi a contestarle en público [If Lewis wants to talk, my door is open]...

En Sochi su equipo le respaldó (como ha hecho desde que empezó este sarao desproporcionado), trasladando el desencuentro al respecto de las sanciones que recibió el británico, a un plano discursivo que recordaba las películas de los Hermanos Marx: «sólo estamos de acuerdo en estar en desacuerdo», aunque el poso que queda de todo ello es una nueva deslegitimización de la FIA. Y como la cosa viene de muy atrás y lo he comentado otras veces, me gustaría saber de una puñetera vez qué coño gana Toto Wolff con este espectáculo, ya que sin su concurso y beneplácito, Hamilton no podría seguir haciendo el lilas ni mucho menos continuar escalando posiciones para ganar un Razzie a la intrepretación más sobreactuada.

Os leo.

3 comentarios:

Fabian Prieto dijo...

El papel de víctima en esta situación es insoportable. Lleva 6 años ganando de calle a todo el mundo, en donde a su equipo se le ha permitido correr con ventaja y a él se le han pasado varias acciones que deberían haber sido sancionadas. Además, ayer escuché en una transmisión en vivo por Instagram que Tatiana Calderón (ex-F2, piloto de resistencia y de pruebas en Alfa Romeo) explicaba que SÍ representaba una gran ventaja practicar la salida en un espacio limpio. Así que tan estúpida tampoco es la sanción...

Interlagos dijo...

Buenas:
Hace tiempo que no escribía, aunque suelo leer los comentarios.
Lo de este tipo es de traca, de mear y no echar gota. Se queja de todo y de todos, cuando él gana mundiales por decreto.

Aún no ha terminado esta temporada y volverá a ser campeón. Ya lo sabíamos antes de que empezara. También sabemos que en 2021 será campeón.

Me pregunto qué pasaría si supiéramos el campeón de la liga de fútbol con un año de antelación, el campeón del Tour de Francia con un año de antelación, o el ganador del Dakar con un año de antelación. Los aficionados se rebelarían ante semejante absurdo-despropósito.

Y sin embargo en la F1 lo aceptamos como borregos, y él el primero, que ante esa injusticia producto de los años de ventaja de Mercedes en los motores híbridos no dice nada. Ante esa injusticia calla.

No nos vengas Lewis con monsergas, quedas patético cuando te quejas tanto viendo la mota en el ojo ajeno y no viendo la viga que tú tienes.
Saludos, y perdón por el ladrillo.

pocascanas dijo...

No intento justificar a Lewis, pero pensemos por un segundo: ¿cómo no va a insistir en su postura (porque se nota que está cómodo allí) si el máximo órgano rector de la disciplina le ríe las gracias?
Le basta con decir "black" para que las puertas del cielo se abran ante él, ya sabe cual es el flanco débil de la organización.
En este caso la culpa es del chancho y también de quien le da de comer.
Y la rodilla en tierra tendría mucho mayor sentido si se atreviera a hincarla él solo.
Lo mismo cuenta para Toto, siempre en la vereda del sol.

Saludos desde el Coño Sur