No es de extrañar que con la que está cayendo en nuestra Fórmula 1 a Lewis no le quede otro remedio que enfatizar su bis dramática. Otra cosa es que coincidiendo con un Sebastian Vettel al que sólo le falta caer de rodillas en el suelo con los brazos abiertos, clamando ¿quien me ha puesto la pierna encima, quién?, lo del hexacampeón empiece a sonar demasiado a rutina, algo que penaliza bastante a cualquier actor que se precie de serlo, ya que la rutina es la antesala del caos.
El británico tiene unas manos virtuosas, da gusto verlo correr y batir récords y ser el más rápido por siempre jamás, pero es iniciar su ceremonia de la salida del vehículo después de haberse cascado una pole trabajadita pero igualmente lograda con un brazo fuera del habitáculo —¡si hasta ha parecido que regalaba rebufos en Q2!—, y que se resienta mucho la micro representación que da sentido al espectáculo que nos encaloman cada fin de semana.
Falla el papel que se ha inventado, y siento decirlo. De aquí a finales de 2021 Hamilton tiene tiempo para dejar el listón inalcanzable para cualquier mortal, de manera que yo le brindo un consejo que no me ha pedido: jugar a dejar algo para los demás y pillar sólo una de cada tres poles, por ejemplo. El tres es número impar y permitiría que el respetable hiciese incluso apuestas. ¿Tocará hoy o dentro de siete días, o tendremos que esperar a que pasen dos semanas más? Y si el de Tewin decide repetir, ¡jopetas, la sorpresa sería tan grande que se le perdonaría la trastada!
No me parece un juego inasequible para el británico, mayormente porque más sencillote no puede ser. Pasarse la vida dando Dos de pecho desmerece el esfuerzo del tenor por brindar un obsequio de tal calibre a su público. La dádiva pierde fuelle por repetida y previsible, y se pierde la magia, algo que no debe perder jamás un buen personaje. Además, cobrarían pleno sentido esos gestecitos y esas cositas que hace Lewis al abandonar el cockpit de su monoplaza...
Y lo mejor de todo, ganaríamos los aficionados y ganaría él. ¡Dónde va a parar!
Os leo.
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