domingo, 20 de septiembre de 2020

Olla a presión

Podéis pensar que soy un desconsiderado, pero pienso que todo este paternalismo rancio y gilupuá que se ha desplegado desde las entrañas de Milton Keynes para que entendamos que Verstappen está muy frustrado, pero muy mucho, vamos, la órdiga bendita de frustrado, que está siendo propagado por la prensa amiga y sus mamporretas de todo el orbe conocido, sin el mínimo rubor y decoro, cabe decir, tiene más que ver con el miedo a que el holandés empiece a largar de verdad que con su situación personal.

Llevo mal que se trate como a un chiquillo a un tío que se viste por los pies y acepta el reto de jugarse el tipo en cuanto se sube al habitáculo de su coche y comienza a rodar. Max es egoísta como han sido toda la vida los conductores de carreras. Quiere ganar porque para eso eligió una de las profesiones más duras del mundo. Tiene manos y cabeza y un hambre infinita, y normal que que esté hasta los pelendengues de verse obligado a doblar la rodilla porque Honda no hace su trabajo. Edulcorar o tratar de matizar todo esto es de auténticos memos, pero ésta es la nueva Fórmula 1 y si pestañeas te la pierdes...

Os leo.

2 comentarios:

Antonio L. dijo...

"Esto es vergonzoso. Motor de GP2, motor de GP2... ¡aaaarhg!"
Ahora vas y lo cascas.................. si es que el Sabio por algo lo es.

Saludo de un Alonsista.

Lastra dijo...

They could fight... O así :))

El hereje se ha cansado de tanta potencialidad y quiere hechos contantes y sonantes, dentro de n'a empezarán a decir que es conflictivo y quién sabe, igual aparece por ahí algún lonchigañani a contarnos cómo, en un paroxismo de ira y frustración, agarró por el cuello a Horner.

Sic transit Gloria mundi.