Produce cierta desazón la alegría de ciertos argumentos. Eso que se está llevando tanto estos días al respecto de que Fernando mejor haría en irse a otras disciplinas porque da lástima verle luchar sólo por los puntos en Fórmula 1, desgraciadamente es aplicable al 70% de los integrantes de la parrilla. Es más, de no haber terciado la ocurrencia de Bernie de ampliar el reparto de puntos hasta la décima plaza a partir de 2010, el coño axioma afectaría al 75%, ¿al 80?
Existen unos seis tipos que están abonados a los puestos de cabeza y dependiendo de si terminan las carreras o no, queda espacio para el resto, que serán los que en sentido estricto invertirán todos sus esfuerzos en luchar sólo por los puntos.
Ecclestone anduvo listo en 2009. Sabía lo que estaba maquinando y el cante que iba a dar la Fórmula 1 de los nuevos tiempos si únicamente seis individuos se llevaban la práctica totalidad de los puntos disponibles a lo largo del campeonato, así que barajó sus cartas y amplió las plazas puntuables hasta diez, con la intención de que no se notara tanto que por mucha competición en pista y mucho espectáculo que se pretendiese ofrecer, la evidente desigualdad entre los equipos punteros y los demás obraría el milagro de demostrar que los disparos eran de fogueo.
«Cambiar todo para que nada cambie» [Lampedusa].
En base a este sencillo ardid los aficionados vivimos en Babia desde entonces. Da la sensación de que hay pelea (más pelea) porque podemos cuantificar lo que sucede en esas cuatro o cinco posiciones que son como la calderilla por la que se peleaban los pobres a la salida de misa del domingo, y en el fondo, supone la zona que ofrece más espectáculo en cada prueba, ya que lo que ocurre en la delantera, salvo en ocasiones excepcionales, viene sirviendo únicamente para ayudar a que concilien el sueño las ovejas.
Y aquí viene donde la matan, ya que si a decir de los apasionados lo más emocionante en el WEC sucede en la zona de los GTE, que como es de sobra conocido no optan a la victoria absoluta salvo que suceda una hecatombre o un milagro, y estamos, también, en que lo más interesante de nuestros Grandes Premios sucede en lo que siempre he llamado la montonera, grupo de rivales que luchan por entrar en los puntos, no alcanzo a comprender por qué resulta tan malo ver a un tipo como Fernando intentando meter su coche ahí.
Sinceramente, me preocupa mucho más que los jóvenes valores estén ahí y seguramente sigan estando ahí hasta que se quemen como le paso a Pascal Wehrlein, o tengan suerte y pasen a ser primeros espadas de equipos que seguirán estando ahí, porque arriba del todo sigue sin haber sitio por mucho que nos hayan vendido la moto de que hay más competitividad que hace una década.
Os leo.
Y aquí viene donde la matan, ya que si a decir de los apasionados lo más emocionante en el WEC sucede en la zona de los GTE, que como es de sobra conocido no optan a la victoria absoluta salvo que suceda una hecatombre o un milagro, y estamos, también, en que lo más interesante de nuestros Grandes Premios sucede en lo que siempre he llamado la montonera, grupo de rivales que luchan por entrar en los puntos, no alcanzo a comprender por qué resulta tan malo ver a un tipo como Fernando intentando meter su coche ahí.
Sinceramente, me preocupa mucho más que los jóvenes valores estén ahí y seguramente sigan estando ahí hasta que se quemen como le paso a Pascal Wehrlein, o tengan suerte y pasen a ser primeros espadas de equipos que seguirán estando ahí, porque arriba del todo sigue sin haber sitio por mucho que nos hayan vendido la moto de que hay más competitividad que hace una década.
Os leo.
1 comentario:
Un poquito mas que en LMP1 diría que hay.
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