lunes, 21 de mayo de 2018

Mi Felipe, don erre que erre


Mi Felipe (Massa) ha encajado por fin en ese neomundo que conocemos como Formula E y ya hay quien insiste en que lo deje, como si el bendito invento de Alejandro Agag y compañía no consistiese (de momento) en reciclar una buena parte de esas cosas que abandona en el armario su hermana mayor la Fórmula 1.

La última vez que hablábamos del paulista vine a recalcar esto mismo: es encomiable su actitud.

Y aquí está el quid. Mi Felipe sigue sintiéndose un corredor de carreras y le gusta subirse a un carro y manejar, como dirían mis amigos de ultramar. Pretende seguir disputando pruebas, le mola hacerlo, y en este punto viene lo mejor: ha encontrado hueco en la disciplina eléctrica y os pongáis como os pongáis vamos a disfrutarlo al volante de un Venturi GP la temporada que viene.

¿Es bueno o es malo todo esto...? ¡Me hacéis cada pregunta...!

Imagino que es bueno para la Formula E. El mercado brasileño sigue siendo sumamente interesante para la industria automovilística y Piquet, Di Grassi y ahora Massa, vienen a cubrir ese hueco expansivo/económico que lleva en sus entrañas todo espectáculo deportivo, en lo relativo, claro está, al gigante sudamericano. Nelson Piquet jr. ya venció en la categoría en su primera campaña (2014-15), Lucas Di Grassi lo hizo la pasada (2017), y tampoco os extrañe demasiado si mi Felipe lo consigue en una o dos, o en las tres temporadas que ha firmado.

También es bueno para él. Experiencia tiene de sobra y a buen seguro sabrá aplicarla. Y qué queréis que os diga, en la parte que me toca debo confesar que me siento orgulloso de Massa, porque los corredores que quieren seguir corriendo me merecen todos los respetos y me los merecerán siempre.

Os leo.

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