lunes, 28 de mayo de 2018

Hasta que dejó de serlo


El día después siempre es el mejor porque apenas habiendo movido un dedo por cambiar las cosas durante las jornadas anteriores, se puede recriminar desde la barrera el poco esfuerzo que han hecho los demás, en la arena, mientras se airean sabias y categóricas conclusiones con las que afear al personal.

Hace ahora siete años y unos meses disfrutábamos en Nürbu de las palabras que amablemente nos brindaba Carlos Castellá contestando a mis preguntas [#VKt-02 (Carlos Castellá)]. La que hacía la número trece decía exactamente así: «Mientras la F1 trata de encontrar su propio camino, ¿piensas que sería buena idea que buscara referencias en los EE.UU. y su enorme tradición automovilística?»

Maese, uno de nuestros más brillantes especialistas hoy tristemente desaparecido, parecía tenerlo meridianamente claro:

«No, ese sería un gran error, como lo es querer correr en Estados Unidos. Allí conciben las carreras de una manera y aquí de otra, lo de aquí nunca funcionará allí y lo de allí tampoco aquí. Fijémonos en el Safety (del que soy un firme defensor), cada vez que sale tiene todo tipo de detractores, la mayoría de los cuales le acusan de falsear la carrera. Allí una carrera sin Pace Car es impensable.

»Y Austin y Nueva York fracasarán, por mucho que nos quieran vender lo contrario cuando vayan allí. Pasará como en Indianápolis, todo era maravilloso hasta que de pronto dejó de serlo. No se puede ir por el mundo vendiendo humo, cobrando unas facturas descomunales, obligando a construir un circuito sólo para que al final se corra una carrera aburrida al año (para los cánones americanos… ¡y probablemente también para los nuestros!) y además exigiendo resultados inmediatos. Y en este caso concreto, sin nadie del propio país, en USA no puede triunfar un espectáculo sin americanos, con pocos coches y con poca emoción. Es una fórmula errónea, tanto en América como en Europa. Por eso tienen que ir a países ignorantes (en el sentido automovilístico), para poder engañarles.»

Y bien, el día después de que hayan coincidido de nuevo el Gran Premio de Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis vuelven las comparaciones y las insatisfacciones y los anhelos mal correspondidos. Y hemos empezado a tirarnos los trastos a la cabeza en vez de pensar en la razón de fondo que ha llevado estas semanas pasadas a la prensa británica (desgraciadamente la única que parece existir y contar en lo nuestro) a mirar con buenos ojos el truño anual en las calles del Principado porque lo sustancial allí sucede en la trastienda, donde habita el glamur de los cogieron.

Los buenos aficionados lo ven, los malos están ciegos y tal...

Bastaba molestarse en explicar Mónaco y, fundamental, advertir que no se debe (nunca) comparar la que suele ser la carrera más tristona del calendario F1 con la que acostumbra a ser la más electrizante del campeonato IndyCar, ya que es evidente que la segunda siempre jugará con ventaja. Pero bueno, obviamente lo importante no era eso, lo importante era poder sacar pecho al día siguiente habiéndose mojado lo justito los dedos de los pies en eso de crear afición de la buena.

Oriol Serviá estuvo a un arañazo de conseguirlo aunque al final se llevó el gato al agua Will Power. La Indy 500 de este domingo estuvo suprema, pero ya nos lo decía Maese en diciembre de 2011: «No es buena idea buscar referencias o hacer comparaciones entre mundos tan distintos», porque es bonito hasta que deja de serlo.

Os leo.

2 comentarios:

enrique dijo...

Partiendo de la base de que son carreras, coches y competiciones distintas... El domingo un tal Rossi salía en el puesto 32, e hizo que me pusiese las manos a la cabeza como si fuera un niño, por lo menos en cuatro ocasiones. Grande Will power, grande Servià, pero lo de Rossi fue superlativo. Y eso no se olvida.

matador dijo...

Me parece, Maestro, que debemos empezar a mirar el calendario Indy de reojo, para que no nos tachen de oportunistas ni de alonsada, porque el próximo año pinta a que habrá Papaya allí a tiempo completo, y Fernando no le hace ascos. Al menos eso parece por la info de los últimos días; la contratación de Gil de Ferrán, el viaje de Zack Brown a Detroit con Gil, las declaraciones de Alonso el mismo domingo,... Blanco y en botella, y en la Indy se brinda con ella!

La F1 siempre será la F1, ahora, la actual F1 a mí no me gusta, y esos coches, en Mónaco, parecen camiones o autobuses urbanos.

Salu2!