martes, 8 de mayo de 2018

If you could read my mind


El Gilles del 7 de julio de 2009 no era el mismo que el del 11 de aquel mismo mes, ni el del 22 de octubre siguiente, ni por supuesto el anterior a estas edades, ni el que nos dijeron que nos abandonaba definitivamente a primeros de mayo. Ni el que nos ha ido quedando, muy manoseado de tanto recordarlo...

Somos cromos de una colección a la que siempre le falta el último; ése que nunca sale, ése que juramos que tuvimos una vez, ése que perdimos. Ése que solicitas a la editorial por carta, cruzando los dedos mientras escribes bien claro y con letra firme su dirección en el sobre para que a vuelta de correo te mande otro cromo, nuevo, inmaculado pero equivocado, claro.

Tuve la inmensa fortuna de vivir la Generación del 27. La Fórmula 1 tal y como la conocemos nació precisamente allí, entre los últimos setenta y los primeros ochenta del siglo pasado. Y él estaba, y yo no tengo tan claro ahora que no anduviera viviendo un sueño, porque los años pasan y porque como diría Manoel de Oliveira: «Este mundo es una ilusión. Lo único real es la memoria. Pero la memoria es una invención.»

Y eso, que mientras recuerdo y rezo para que nadie se equivoque de nuevo, ni él en Zolder, os leo.

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