miércoles, 9 de mayo de 2018

El quinto, el más caro… [04-03-2018]


Es algo sabido que los entrenamientos de pretemporada sirven para algo más que para comparar vehículos o escuderías. Suponen un bonito instante para la reflexión general, también sobre los pilotos, y eso mismo hacía desde mi espacio en MomentoGP a puntito de haberse iniciado el mes de marzo pasado.


2018 supone para Vettel un nuevo intento por conseguir la quinta corona y, también, una nueva oportunidad de volver a doblar la rodilla.

Estoy seguro de que el piloto de Heppenheim lo tiene en mente. Su situación es delicada e imagino que él es el primer interesado en cambiarla, aunque no debemos olvidar que, sobre el papel, las opciones de este año vuelven a estar del lado de Brackley y desgraciadamente para el alemán, Hamilton milita allí.

En este orden de cosas, si comparamos la historia reciente de uno y otro tetracampeón del mundo nos encontramos con que mientras Lewis disfruta de lo que podríamos denominar una buena racha, a Sebastian parece que le han hecho mal de ojo.

El británico ganó su primer título mundial en 2008 y tuvo que esperar a 2014 para lograr el segundo. No fue fácil. En McLaren estuvo en la pomada en 2012, pero las tres temporadas anteriores no fueron precisamente fáciles. A partir de ese momento y habiendo cambiado de aires con Mercedes AMG en 2013, los astros parecieron alinearse definitivamente para el de Tewin. Bueno, en 2016 fue batido por Nico Rosberg, pero tres coronas en cuatro años no está nada mal, y menos si en el quinto partes como máximo candidato a continuar los triunfos.

El caso de Vettel es muy diferente, radicalmente distinto, diría yo.

Sebastian destaca en 2008 y casi alcanza la cumbre en 2009 (subcampeón) para terminar disfrutándola en solitario de 2010 a 2013. En 2014 se tuercen las cosas, ni siquiera con el apoyo explícito de su equipo es capaz de doblegar a Daniel Ricciardo, su compañero en Red Bull, y queda quinto, inmediatamente detrás de Valtteri Bottas (Williams). Sale de Milton Keynes con dirección a Maranello para liderar el proyecto de renovación de La Scuderia, y aunque 2015 no supone una gran campaña tampoco se puede negar que el futuro parece entonces bastante prometedor. Sin embargo, 2016 supone un nuevo mal trago: cuarto en la general y lo que es peor, a la sombra de Ricciardo y su antigua escuadra.

En 2017 las cosas pintaban francamente bien, pero la fiabilidad y una serie de errores —alguno de ellos incalificable—, llevan al alemán a tirar por la borda todas sus opciones. Acaba segundo pero con un profundo sabor agridulce…

Para 2018 las espadas están en alto. La primera semana de entrenamientos nos ha mostrado que tanto Ferrari como Mercedes AMG andan lo suficiente fuertes como para poder pronosticar que Hamilton y Vettel se van a ver de nuevo las caras sobre el asfalto. En teoría la cosa podría estar tan igualada como la pasada sesión, pero si estoy escribiendo estas líneas es por recalcar que los dos protagonistas van a luchar por su quinto entorchado desde prismas diferentes y en cierto modo opuestos: Lewis lleva la ventaja, es el vigente Campeón del Mundo y conducirá una máquina que hoy por hoy es el rival a batir. Está en racha, como decíamos al inicio del texto. Por contra, Sebastian tiene la imperiosa necesidad de romper el saque y la obligación de jugar al ataque toda la temporada, o al menos hasta que el horizonte se despeje.

Así las cosas, pienso que Vettel tiene ante sí un hueso bastante duro de roer. Si la presión en Maranello ya es bastante alta por ser quien es, Ferrari tiene incluso más prisa y está más apremiada que su piloto estrella. El último título de marcas de la rossa data de 2008, el de pilotos, de 2007 (Kimi Raikkonen), y Sergio Marchionne no tiene la paciencia de Luca Cordero di Montezemolo… Hagan cuentas, señores, de lo que va a tener que soportar sobre sus hombros y cabeza Sebastian para conseguir igualar en números al irrepetible Juan Manuel Fangio.

Os leo.

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