sábado, 5 de mayo de 2018

Endless Flight


Este mediodía me han preguntado de qué iba a escribir esta noche y lo sabía aunque no lo haya dicho ni esté cumpliendo mis previsiones...

Tengo al oído a Gustavo Santaolalla y ése su tema para la película Babel en cuyas notas apetece ir perdiendo la vida, y tibia aún la pregunta que me ha hecho Javi hace un rato sobre mi secreto para escribir tanto. A veces sucede así. La mayoría de veces sucede así. Tomo una imagen, me pongo los cascos, elijo canción, doy al play y escribo las primeras líneas sin saber muy bien dónde irán a parar las siguientes, o en qué río, o mar, desembocarán. 

Pero siendo consciente de que mi Dragunov de bolitas iba a tener mucho trabajo esta noche porque las piezas a cobrar son abundantes y se han quedado como huérfanas y quietas en cuanto Fernando ha cruzado la meta en Spa-Francorchamps, he preferido dejarlo descansar porque, total, para qué.

Hace años publiqué aquí mismo un texto dedicado a Pedro De la Rosa en el que hablaba de una rana que había caído en un recipiente de leche, que sabiéndose perdida intentó salir de él de la única manera que entendía como posible: nadando, intentado conseguir un apoyo desde donde saltar fuera. Corría el reloj y la rana de este cuento seguía en el mismo lugar, nadando a lo loco, perdida como al principio, pero así y todo insistiendo en sus movimientos como si no hubiera mañana. 

Pasaron un día y su noche, y al siguiente nada parecía haber cambiado salvo que ya daba evidentes muestras de cansancio. Las patadas eran menos potentes y más dilatadas en el tiempo, pero allí seguía ella, como esperando un milagro. Hasta que, de pronto, el líquido tantas veces batido comenzó a ganar y ganar densidad y terminó permitiendo que en un golpe de suerte, sus patas encontraran la resistencia necesaria en el cuajo como para lograr saltar fuera del recipiente...

No os desvelo la moraleja, no creo que haga falta.

Fernando estaba acabado y a estas horas intuyo que más de uno querría que así fuera. Pero ha encontrado un terreno donde reinventarse. Y los del rosario a todas horas te dicen que no menciones a Alonso porque el WEC ya existía antes y ha disfrutado de etapas más asombrosas, pero entiendes que todo el mundo del automovilismo le estaba mirando a él esta tarde, estos días pasados, y comprendes lo perra que ha sido la vida cuando lo ha tratado como un despojo y ahora lo busca y lo encumbra porque no se pueden poner puertas al campo ni bridas a un hombre al que se le ha metido entre ceja y ceja terminar como empezó, que diría el bueno del Sargento de Artillería Highway.

Que lo disfrutemos, o no, evidentemente corre de nuestra cuenta.

Os leo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho la ceremonia del podio y todo lo que había alrededor. Deberían aprender los de la Fórmula 1.



King Crimson

matador dijo...

Magnífico texto, Maestro!

Yo he disfrutado como hacía tiempo. Sigo la resistencia por la prensa desde la época de en que ganaban unos gatos británicos vestidos de seda salvaje, frente a los dominantes teutones de Porsche y de Sauber-Mercedes. Recuerdo leerme hasta hartarme el Motor 16 en el que Fermín Vélez probaba el gato de John Watson, recuerdo el debut del Junior Team con los tres jovencitos alemanes cuando Mercedes le puso la pasta suficiente a Peter Sauber para vestir de plata sus coches, o cuando Napoleón decidió dejar los Rallyes para construir un V10 con el que ganar Le Mans y arrasar el último campeonato de los grupos C. He seguido las 24h de Le Mans a través de Eurosport cuando ha habido ocasión, pero nunca había podido seguir en directo y por la tele un sprint de 6 horas.
Sinceramente, me ha enganchado ver que tras 5 horas y 50 minutos de carrera, dos coches del mismo equipo se disputan la victoria separados por menos de 5 segundos...
Seguro que alguno dice que ha habido órdenes de equipo, pero será alguien que desconozca que la resistencia se corre en equipo, que algunos coches hacen de liebre, o que a veces, las carreras se deciden con una moneda al aire como aquel Dakar que ganó Vatanen frente a Ickx...
Fernando ha demostrado lo grande y versátil que es, y, ya que la Papaya de momento no está para exprimirla, nos dará mucha vida en el Wec, aunque a algunos les escueza. Desde luego, si Bernie siguiera al frente del cotarro, estaría maquinando algo...

Salu2!

Anónimo dijo...

Entiendo a Kamui. Si un vehículo es capaz de recuperar una sanción por una falta administrativa, recibe nueva "sanción" del propio equipo. Hay nombres que pesan mucho. Publicitariamente hablando.

fleichié dijo...

Yo a quien entiendo es a Raikkonen......ah!!! Y a Webber!!!! ;)
Saludos

Anónimo dijo...

Hay nombres que pesan mucho. Publicitariamente hablando.

Te referías a Verstappen? Y a los desmanes que le permiten en pista para vender un camión más de cerveza?