Andan las redes sociales que son un hartazgo, entre las hordas de Stormtrooper y los defensores de la Alianza Rebelde, hasta la Estrella de la Muerte está pidiendo tiempo muerto por ver si la gente entiende que por mucho tiempo libre que tengamos, ni Facebook, ni Instagram, ni Twitter son territorio comanche. Allí no se dirime ninguna batalla, a lo sumo noqueamos al rival a base a dolores de cabeza y por escasez de ibuprofeno, paracetamol y aspirinas; por KO técnico, vaya...
El recogimiento va para largo, y mientras unos tratamos de hacer más llevadera la vida a los que tenemos al lado, toca desempolvar a primera hora de la jornada, de todos los días, el chaleco antifragmentación, el casco de kevlar y la automática de bolitas, no sea que en un descuido te veas envuelto en una emboscada y haya que salir poniendo los pies en polvorosa.
Xavi [Gàzquez] nos regala todos los días parte de su book, por ejemplo. Son fragmentos de su vida como corresponsal de guerra en el paddock y las carreras, y cedía a Nürbu la imagen que abre esta entrada, pero en vez de escribir sobre Ferrari o la situación agónica que atraviesa nuestro deporte, quiero dedicársela a él y a los que como él hemos entendido que esto va de corredores de fondo y que cuando termine, porque acabará, aquí van a hacer falta del primero al último.
#HomeSweetHome. Os leo.
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