miércoles, 8 de abril de 2020

Pa'qué te metes...


FIA insiste en mantener la aplicación de la nueva normativa en 2022 y, sin que sirva de precedente, estoy plenamente de acuerdo con ella...

Un año de cortesía me parece tiempo suficiente como para que las escuderías enjuguen los problemas ocasionados por la pandemia en 2020. El reglamento estaba previsto para ser estrenado en 2021 y ha resultado aceptable un retraso estratégico hasta 2022 con tal de ayudar a paliar los abundantes daños económicos, pero lo que no puede ser es que el tropezón de esta temporada se convierta en una coartada que dilate por más tiempo una solución que, guste mucho o poco, es la única que le queda a la Fórmula 1 para recobrar la credibilidad.

Existe urgencia por terminar con la herencia envenenada de Bernie y las abundantes distorsiones que empañan nuestra actividad. La prórroga ha estado bien porque a la vista está que resultaba necesaria, pero eso no quita para que toque ponerse las pilas, y si hay alguien que no quiere o no puede, que se aparte.

Escribo mucho sobre esta peculiaridad de nuestro espectáculo, así que os ahorro los enlaces. Y es que no puede ser que esta banda de señoritingos malcriados tengan como rehén al deporte y aprovechen cualquier coyuntura para perpetuar sus respectivos estatus sin que los aficionados importemos nada. ¿Está cruda la cosa? Nadie dijo que la máxima disciplina del automovilismo deportivo fuese un terreno barato ni fácil. ¿Beneficia esto a alguien...? Hay obligaciones que cumplir y que me maten si a estas alturas de la película las escuderías no tenían diseñado y diáfano el camino a seguir hasta 2021. Hay por delante un lapso de otros doce meses de prórroga y medidas en marcha que aliviarán la campaña que viene. No es que se pueda hacer o no se pueda hacer, es que hay que hacerlo.

Así que, como decía al inicio, mal que me pese esta vez estoy con la FIA: 2022 parece un horizonte asequible, de manera que menos apostar por la eterna comodidad y más mostrar empeño en sacar esto adelante. Y repito, si alguien se siente lastimadito que se lo hubiese pensado antes de entrar a formar parte de un mundo exigente que no perdona ni las flaquezas ni las debilidades.

#QuédateEnCasa. Os leo.

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