Vaya por delante que nunca defenderé las meadas fuera de tiesto, mucho menos si adquieren ribetes racistas, pero en el octavo día de la creación Dios alumbró las sanciones económicas precisamente para evitarnos disgustos del tipo: acabo con tu carrera profesional porque en un momento dado has soltado un término inapropiado para el gran público pero, por lo que se ha visto, habitual entre tu colega y tú...
Kyle Larson saludaba durante una carrera virtual a su spotter con un Ey, nigger! y se liaba la mundial, básicamente porque en un mundo que cada vez más supervisado el respetable no entendió que se trataba de una broma entre compañeros, ni lo quiso entender cuando Larson, intentando parar el incendio que lo devoraba, pidió disculpas y trató de explicar en qué había consistido todo. Fin de la historia: los patrocinadores le retiraban su apoyo, iRacing lo vetaba de por vida, Chevrolet no quería tener nada que ver con el californiano, NASCAR suspendía su licencia, y su equipo, Chip Ganassi, se lo quitaba de encima.
Se nos va la pinza, y mucho... Os leo.
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