viernes, 17 de abril de 2020

Los buscavidas


La vida da tantas vueltas que sin notarlo acabamos olvidando de dónde venimos, algo que dificulta cualquier análisis de la actualidad y, con más razón, discernir hacia dónde nos dirigimos...

La crisis del coronavirus ha dejado a Liberty Media a los pies de los caballos, y con ello no quiero decir que no lo merezca, entre otras cosas porque no soy nadie para emitir ningún tipo de juicio al respecto. Sin duda la norteamericana sabía dónde se metía cuando inició el proceso de compra de la Fórmula 1, la adquirió a buen precio y es de imaginar que pretendía sacar jugosos beneficios de un negocio que ya entonces estaba a la baja —son raros los ejemplos de venta en pleno ascenso.

Bien, Liberty no es ninguna Hermanita de la Caridad y el tropezón del virus ha puesto de relieve que nuestro deporte tiene sucias las enaguas, mal asunto, pero tampoco podemos pensar que antes era diferente porque sería faltar a la verdad y negar una realidad como un campanario de grande, y la muestra la tenemos en los dos tipos de la imagen de entradilla: Bernie Ecclestone y Max Mosley cuando maquinaban para hacerse con el negocio —esto último es retórica, no me lo toméis a mal.

La jugada se puede decir que salió perfecta: corrían los setenta del siglo pasado y Bernie, patrón de Brabham, supo liderar a los equipos contra la FISA —la Fédération Internationale du Sport Automobile era un comité de la FIA heredero del CSI (Commission Sportive Internationale)—, de forma que a finales de esos años convirtió la FOCA (Formula One Constructors Association) en una organización poderosa y con gran influencia debido a que gozaba de un amplio apoyo meditático, sobre todo anglosajón. Entretanto, Max, asesor de la FOCA, se convirtió también en asesor de la FISA en un movimiento que no gustó a la FIA pero que derivó en el primer Acuerdo de la Concordia (1981), por el cual, la Federación pasaba a controlar exclusivamente los reglamentos técnico y deportivo y la Asociación de Constructores a gestionar los ingresos de la actividad...

Imagino que os habréis perdido un poco, pero hay suficiente bibliografía sobre La Guerra FISA/FOCA como para que deshagáis la madeja sin ayuda. El caso es que Mosley desaparece del mapa por un breve periodo de tiempo y a la vuelta, en 1986 y promovido por la FOCA que controla Ecclestone, se convierte en Presidente de la Comisión de Constructores de la FISA integrada en su Comisión Técnica (FISA's Technnical Commission)... No me enredo: el zorro ya estaba dentro el corral, que sé que nos entendemos.

En 1991 Max se presentará a la carrera por la Presidencia de la FISA y será elegido [Balestre perdió su puesto como presidente de la FISA], y tras la refundación del organismo en 1993, se convertirá por periodos consecutivos en el Presidente de la FIA hasta 2009, cuando cede los trastos a Jean Todt.

Durante este periodo que va de 1986 a 1993, Ecclestone no perderá el tiempo: venderá su equipo y se desligará de la FOTA para fundar la FOPA (Formula One Promotions and Administration), que será el germen del FOM (Formula One Management). Mosley tampoco lo pierde: renovará el Acuerdo de la Concordia en 1992 y cederá a la FOPA la gestión de los derechos televisivos por 100 años —¿en qué consiste esta gestión? Es sencillo: FOPA se quedaba con el 49%, FIA con el 50%, y el 1% restante iba directamente a los equipos...

En fin, así es, amigos y amigas mías, como dos perfectos buscavidas en los setenta del siglo pasado, uno de exquisita educación y el otro afinado a golpes, se hacen ahora los trajes y compran zapatos, camisas y corbatas, en las sastrerías más exclusivas de Savile Row.

Juntos derribaron a Jean-Marie Balestre y se hicieron con la Fórmula 1 para enriquecerse más que para contentarnos a nosotros. Desde alrededor de los 80 del siglo XX todo esto es un negocio, un gigantesco negocio, y si decíamos al comienzo que Liberty Media no es ninguna Hermanita de la Caridad, estos dos piezas lo han sido menos, aunque, también es verdad, la prensa amiga les ha dejado hacer mientras prefería mirar para otro lado, no como está haciendo ahora con la norteamericana.

Disculpad el ladrillo. Os leo.

2 comentarios:

Josemi dijo...

Efectivamente, nosotros vemos las cosas mal, desde una optica inadecuada. Como dijo un piloto de asturias, "la formula 1 no es un deporte", y es verdad, es un negocio, y los resultados deportivos dependen mucho del negocio y los intereses del negocio.

Es tambien un hecho conocido que los Bernie y Max son unos trileros de primera. Y son un trileros de un tipo muy anglosajon casi desconocido en el mediterraneo. Aqui tenemos unos trileros tipo corrupto-amiguete. Sin embargo hay otro tipo de trileros q son expertos en timar al socio con el contrato, y de esos en inglaterra y estados unidos hay grandes expertos. Me temo que con toda la letra pequeña a los de Liberty les timaron bastante, y no me extrañaria q tuvieran que vender a la baja de vuelta a Bernie el tinglado.

Anónimo dijo...

Como nota curiosa, interesante quien era el padre de Max Mosley, Oswald Mosley... tiene tela el asunto si nos acordamos de los detalles de la fiesta que se filtro tras el spygate
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20191025/471160695678/oswald-mosley-peaky-blinders.html