viernes, 10 de abril de 2020

Una historia de todos


Dicen que cuando el dinero entra por la puerta el amor sale por la ventana, y lo cierto es que hay mucha sabiduría encerrada en tan pocas palabras. La cosa tiene que ver con algo tan conocido como la pirámide de Maslow —mal llamada Pirámide del Éxito pues, bien interpretada, define claramente por qué los que no tienen satisfechas sus necesidades básicas andan todo el día lanzando jaculatorias en vez de sonriendo.

Se pasa mal estando jodido de pelas y ahora que la pandemia a puesto contra las cuerdas a la Fórmula 1, el dinero se ha situado en el foco de atención. Hay que reducir costes si se pretende que los equipos generen algo de tesorería para cuando pinten bastos, ya que no todo va a ser lo que entra por lo que sale, que está visto que este método no da para salvar los muebles en coyunturas desfavorables como las que estamos viviendo. Y bueno, hay equipos, concretamente dos, que no quiere aflojar en sus posiciones por aquello de hacer más cómoda la vida a los de atrás.

Hay mucha tela que cortar en este asunto, y seguramente me extienda sobre ello estos próximos días. Pero no, tampoco se puede exigir a quien más invierte en investigación, diseño e innovación, que baje el pistón para que jetas como Racing Point se compren un W10 de 2019 y salven la papeleta en 2020, o traten de salvarla, mejor dicho; o que obtengan premio desastrosas gestiones como la de Williams entre el FW40 de 2017 y el FW42 de 2019 —al FW43 todavía no lo hemos visto correr—; o que Haas salve la cara cuando no ha movido un puto dedo por demostrar que compite para ganar...

Así que estoy de acuerdo con Zak Brown pero más en el fondo de la cuestión que en las formas: hay un grave desequilibrio de fuerzas y Ferrari y Red Bull están suponiendo un escollo en la actualidad, y aquí hay que darle la razón al californiano, lo que no es óbice ni cortapisa para que entendamos, también, que con el sistema que permite la compra por equipos pequeños de componentes y diseños desarrollados por los grandes, y probados en pista, estos últimos necesitan gastar más que los primeros, ya que en caso contrario la ecuación no se resolvería jamás.

Desgraciadamente no soy el más indicado para señalar caminos ni desfacer tuertos, pero mal vamos si todo pasa porque el límite presupuestario sea el más bajo posible y no haya un compromiso veraz por parte de la escuderías menos agraciadas, para arreglar eso de no innovar e ir siempre a cola de lo que definen los que ponen (y se juegan) la pasta.

Como de costumbre, el problema de fondo está en el método. El Grupo de Estrategia  es variopinto y muy peculiar. Cuanta con tres pilares inamovibles: Ferrari, Red Bull y Mercedes AMG; dos medios volantes en atención a su historia y relevancia en el deporte: McLaren y Williams; y un invitado que es el mejor clasificado del resto durante la temporada anterior, en este caso Renault, si no me fallan las cuentas.

Entre todos cortan el bacalao. Está bien, hay que aceptarlo. Es así y no parece que quepan más vueltas que darle, pero dos equipos frente a cuatro no parece el mismo problema que dos frente a ocho... Esta es la Fórmula 1 que nos dejó en herencia Bernie, la que han jaleado hasta la extenuación los idiotas, ciertos gurúes y los terraplanistas. Es la F1 con la que toca lidiar: desigual, descompensada, trilera en esencia, y se nos está yendo a tomar por el saco, que en esto tiene toda la razón del mundo el bueno de Zak. El Club de Elegidos tiene los pies de barro y un puto virus lo ha puesto ante la tesitura de que si no se renueva se va a la zanja...

Es hora ya, o lo parece, de comprometerse de una vez por todas. Los llorones que dejen de llorar y los que pueden hacer algo que arrimen el hombro. No parece difícil, aunque, en el fondo, lo sea porque Ecclestone repartió el poder y éste siempre ha sido un caramelo difícil de rechazar. Eso y que Dios reparta suerte, que la vamos a necesitar.

Desde casa, siempre, aunque los irresponsables también hayan llegado a Gorliz, y no desde Madrid o Valencia, sino de Bilbao, su margen izquierda y su margen derecha, o de Málaga, que el del 10 y su parienta son de allí. No es una historia de buenos y malos, ésta también es una historia de todos...

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una postilla!

"Cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana". Creo que era de Groucho

Lastra dijo...

Hola Maestro, nos hallamos bajo negros nubarrones y se nos viene encima una galerna de esas que dejan un paisaje muy "aplanao" tras su paso.

Uno es que esto de la limitación de presupuestos no lo acaba de ver, porque no creo que a Ferrari o a Red Bull les falte presupuesto para competir contra Mercedes y los demás pues que se gasten lo que puedan, y a donde no lleguen que le echen ingenio como siempre se hizo, que no hay nada tan gratificante como pasarse por la amoladora al que gasta el doble que tú y, por otro lado, perder contra quien te saca dos cabezas en todo es lo normal, no en vano siempre se ha dicho que con buena p... bien se j... :))

Salud.