martes, 14 de abril de 2020

Huir hacia adelante


Macron lo tiene claro: no quiere espectáculos multitudinarios en el territorio de Francia al menos hasta mediados de julio, y ojo con esto, porque Le President es uno de los principales promotores del cierre del Espacio Shengen europeo hasta septiembre, es decir: mientras vela por la seguridad de sus compatriotas, está apostando fuerte porque los socios comunitarios acepten curarse en salud y eviten, en la medida de lo posible, que agentes externos activen el temido rebrote que tantas risas produjo entre la chavalería cuando lo mencioné a primeros de marzo [Más vale prevenir].

El coronavirus no atiende a fronteras internas ni externas y sigue poniendo en jaque la Fórmula 1. El Gran Premio de Francia es más que posible que no se celebre. Su fecha se había establecido para el 28 de junio y encaja en el ámbito interdit de Macron. ¿A puerta cerrada? Sinceramente, no lo veo, si con público es un truño sin él sería parecido, pero careciendo del aliciente de una temporada lanzada que prevé tal o cuál lance en Le Castellet (Paul Ricard). ¿Muerto antes de empezar...? Yo diría que sí.

Nos quedan Austria, Gran Bretaña y Hungría, antes de que los efectos colaterales del virus empiecen a devorar agosto... Pinta negro, tanto que ya ha salido del armario Max Mosley para recomendar la cancelación de la temporada.

Pero vamos a ponernos en positivo: Liberty se está dejando lo que no está escrito en salvar la campaña. Si fuese Bernie lo veríamos más claro. Él sorteó las leyes antitabaco de finales de los noventa del siglo pasado y principios de éste, y miró para otro lado cuando el pueblo bahreiní clamaba contra la complicidad de nuestro deporte en el blanqueo de la tiránia que les había tocado en suerte sufrir. Pena que el coronavirus haya pillado al británico jubilado y en trance de ser padre, pues en vez de solicitar que se cierre el tinglado [Tendrían que cancelar la F1 ahora mismo], habría hecho exactamente lo que está haciendo Liberty Media: aguantar la de Dios es Cristo hasta que la realidad nos obligue a doblar la rodilla.

Va en espíritus y temples, aunque lo único que ha cambiado es el pagafanteo de la prensa, que ve debilidad ahora donde antes encontraba épica suficiente como para dedicar unos versos a un negocio que, en manos de Bernie, soportaba cualquier inclemencia y coyuntura y, en la actualidad, sólo produce pegas y origina pasos en falso porque la jefatura debido a que ha cambiado de manos.

#EnCasaEsSeguroParaNosotrosYLosQueNosDefienden. Os leo.


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