sábado, 25 de abril de 2020

Salvar las televisiones


Esto va tomando forma, o eso dicen. Dos dobles carreras a puerta cerrada en julio (Spielberg y Silverstone) y sin que sepamos demasiado del Gran Premio de Hungría, que, como sabemos, sigue teniendo fecha cerrada a primeros de agosto...

Imagino que está teniendo mucho que ver las cancelaciones de las suscripciones a los canales exclusivos que retransmiten la F1. No sé cómo está este asunto, la verdad, y si os soy sincero, ni me voy a molestar en indagarlo. Huele a que vamos a rescatar las televisiones y todo lo que viene detrás: intereses de los patrocinadores y anunciantes, etcétera, pero sé que afirmarlo así, sin anestesia, me va a granjear unas cuantas enemistades más, pero como decía el otro día [Menú de salvación]: la solución no me gusta un pelo aunque entiendo que no es momento de ponerse especialmente picajoso.

Eso sí, encendamos un cirio al santo o la santa, o la virgen en la que más confiemos, para que en Austria o Gran Bretaña no nos vuelva a pasar lo que sucedió en Australia, y, por descontado, ésta me la guardo para cuando los espesitos insistan en lo del ambiente que se respira en los circuitos y el ADN de la competición y tal, porque estamos a puntito de bajarnos los pantalones después de haber comprado la vaselina. Herr doktor Marko lleva razón: esto va de por cojones, al estilo Donald Trump... bueno, no lo ha dicho así pero creo que nos entendemos.

Es casi seguro que arrancamos en el Red Bull Ring. Que Dios nos coja confesados con la acuarela a medio empezar...

Os leo.

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