jueves, 20 de diciembre de 2018

Leyendas, 1929 [#24LeMans 07]


A mediados de 1929 quedan meses todavía para que el desplome de la bolsa de New York dé inicio a La Gran Depresión, fenómeno que afectará a Estados Unidos pero cuyas secuelas se extenderán rápidamente por todo el orbe, para quedar instalado unos cuantos años y marcar la casilla de salida a las circunstancias sociales, políticas y económicas, que darán lugar a la Segunda Guerra Mundial una década después. 

En junio todo queda demasiado lejos y difuso como para ser imaginado en toda su intensidad por las mentes más preclaras. Aunque la industria francesa en general, y la automovilística en particular, lleva desde 1926 sufriendo un panorama desalentador que adquiere visos de prolongarse, aún parece que hay tiempo, lo que nadie sabe es que se está escapando por entre los dedos como un puñado de arena. Tiene apariencia de ser un bache pasajero, pero desgraciadamente va muy en serio.

Así las cosas, la participación para las 24 Heures du Mans de 1929 es la más baja desde que se inició la prueba en 1923. Únicamente 30 vehículos, de los que tan sólo 26 tomarán la salida el sábado, aunque a la postre serán 25 los que la disputen ya que el Alvis FA8/15 que conducen Sammy Davis y Leon Cushman, abandonará sin lograr arrancar debido a un problema con su motor.

Bentley ha venido con todo y The Bentley Boys vuelven a ser el foco del espectáculo porque, básicamente, no se les intuyen rivales salvo los tres Stutz M Blackhawk de Société de Carrosserie. Y digo que ha venido con todo porque Crewe ha inscrito nada menos que cinco coches, cuatro Bentley 4½ Litre «Blower» y la joya de la corona, un flamante Speed Six dotado de un potentísimo motor de 6.595 centímetros cúbicos que ronda los 195 caballos de potencia.

Los 4½ Litre han sido mejorados en su chasis para evitar los problemas surgidos en la edición de 1928. Así mismo, cuentan con unos radiadores mejor armados y más eficientes. Pero como Bentley está librando su propia batalla con Rolls Royce por hacerse con la hegemonía en los coches de lujo, por insinuación de Joel Woolf Barnato, el brillante, fiable y silencioso propulsor Bentley 6.6L que trataba de dar réplica al que montaban los Phantom I de Derby, es adaptado a un chasis tipo racing, más corto y bajo que el de las berlinas, dando lugar al Bentley Speed Six que defenderá los colores de la inglesa en La Sarthe junto a sus hermanos pequeños.

La población de Le Mans está creciendo hacia el sur y ya ha engullido parcialmente a Pontlieue, originando con ello que desaparezca el famoso virage que lleva su nombre y que sea sustituido por una carretera de tránsito que será denominada Rue du Circuit. De los 17'26 kilómetros de cuerda se pasa a 16'37, y en vez de una curva ahora hay dos, ambas a derecha. La inicial permite sortear Pontlieue y la segunda mira directamente a Tertre Rouge.

La carrera no tiene mayores misterios. En sus compases iniciales, los cinco Bentley marcan tanto el ritmo como la distancia con sus distantes rivales. Los Stutz de Société de Carrosserie aguantan como pueden pero a media tarde del sábado 15 de junio ya resulta fácil pronosticar que no van a ser capaces de empañar la más que segura victoria de la armada de Crewe.

Sin embargo, al anochecer cae un Bentley, el conducido en esos instantes por Earl Howe, lo que abre la ventana a la esperanza. No obstante, el coche dorsal número 11 ha sufrido una avería en el alternador que ha afectado a las bujías, circunstancia que por fortuna no aquejará a sus compañeros.

Poco a poco la parrilla se va desangrando. Al amanecer del domingo 16 sólo quedan 12 vehículos en pista. Uno de los que no verá sus luces será el Stutz de Chiron. El piloto monegasco ha realizado un relevo en solitario de varias horas que al final no habrá servido de nada. Al poco, el de Eyston y Watney también dobla la rodilla porque una piedra ha perforado su tanque de gasolina. Queda en carrera el de Bouriat y el barón de Rothschild, pero circula demasiado lejos de los Bentley como para suponer una alternativa o una amenaza.

10 coches concluyen. Los Bentley copan las cuatro primeras posiciones. Barnato repite victoria, esta vez con Birkin como compañero, sobre el Speed Six. 174 giros a la Sarthe. 167 para el 4½ Litre de Kidston y Dunfee. Mucho más atrás, otro Blower con Benjafield y D'Erlanger al volante. Y cerrando la nómina de las estrellas, aparece en cuarta posición el restante, el de Clement y Chassagne, con 157 vueltas completadas al santuario de la resistencia.

Nunca antes había sucedido, y el público congredado hace suyo el éxito inglés y jalea a The Bentley Boys como si hubiesen nacido en Lion o en las afueras de París. Suponen la primera leyenda de Le Mans, pero como toda buena historia, precisa de un monumental epílogo que, obviamente, tendrá lugar en 1930.

Os leo.

< The Bentley Boys, 1928 [#24LeMans 06]
> Las últimas, 1930 [#24LeMans 08]

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