sábado, 29 de diciembre de 2018

Terraplanismo [y IX]


Conozco mil maneras más divertidas de vivir que afincado en el pasado. En serio, prefiero asombrarme con el presente y sentir cómo se me acelera el pulso cuando me asomo al futuro. 

El ayer está bien, pero sólo para aquellos que quieren tener razón siempre, porque, en el fondo, repetir hasta la extenuación que esto siempre ha sido así o cualquier otro mantra parecido, significa también ya lo he visto, yo ya estaba allí, a mí no me la cuelan, ésta me la sé, etcétera, etcétera, etcétera... Quedar como el aceite en el agua, vamos.

Os he comentado más de una vez que vivo entre caducidades. Las abuelas tienen 97 años y 91, respectivamente, pero el problema real está en lo mal que llevan la madurez mis cuñadas, que no es un tema propiamente físico aunque la mayor calce 76 tacos, sino mental. Son cobardonas por naturaleza. Debieron nacer con 100 años cada una en el paquete de serie. Todas ellas se agarran al pretérico como un náufrago a su tabla de madera o al corcho salvavidas, porque lo conocen y no les asusta como el hoy o el mañana. Así las cosas, nada es nuevo, a lo sumo todo es como antes; desde luego, no las pillas...

Es obvio que durante los años de forzada convivencia he acumulado un entrenamiento que ni el de los Navy Seals.

Conozco de sobra el percal, sé de qué pie cojea y cuál es su interés primordial: convencerte de que aceptes la fe buena, o aniquilarte si te resistes; igualito que pasa en nuestro pequeño ombligo del universo al que llamamos Fórmula 1. Por suerte, en casa y aquí soy un tipo que no pretende alcanzar la santidad ni la verdad absoluta porque entiendo que eso sería como morir un poco, como saberlo todo. Algo absolutamente tedioso.

Y aquí estamos, concluyendo un 2018 especialmente raro, en todos los sentidos, y para celebrarlo he decidido dar la espalda al terraplanismo como hace unas semanas hice con mis cuñadas. 

Lo cierto es que me ha enseñado el camino mi perrilla Eileentxu, gracias, también, a que a pesar de la edad sigo abierto a nuevas experiencias. Aprender de ella me resulta siempre muy estimulante. Tiene recuerdos y los disfruta o los teme, pero jamás la verás perder un instante intentando imponerse. Comparte su vitalidad y si tú llevas un mal día o una mala tarde y no respondes: a otra cosa, mariposa, que a la próxima igual hay mejor suerte...

El terraplanismo está bien para los terraplanistas, pero sinceramente, prefiero los planetas esféricos y la Fórmula 1 poliédrica, y, evidentemente, incluso arriesgándome a meter la pata, seguir aprendiendo a tenerlo to'claro. ¡Uf, qué aburrimiento!

Os leo.

1 comentario:

anonimo dijo...

Un placer leerte, José.
No conozco a tus cuñadas, pero sí mucha gente que no se arriesga a pensar y prefiere solo la historia verificada.
Entre esta entrada a tu blog, y la de futurismo de ayer donde te aventurabas a qué piensas que va a suceder el año entrante, va lo mío:
Expresión de deseo: Quiero que tanto a Ferrari, McL, y a Williams, les vaya mejor que este año. Siento que han hecho esfuerzos importantes, aún con sus errores, y merecen más. Sería bueno también para el espectáculo, según entiendo.
Opinión a secas: El año entrante se penalizan más los cambios de partes de la UP, y quien lleva la mejor tasa de fiabilidad hasta el momento es Mercedes AMG, seguido de cerca por Ferrari. Quienes tengan Honda o Renault a sus espaldas, salvo que se descubra algo nuevo antes de comenzar la temporada, van a penalizar más GPs.
La FIA, según leí, está viendo otros modos de penalizar que no sean puestos en las largadas. Hay que estar atentos a cómo avanza. Si ésto se convirtiera en multa monetaria, los equipos fuertes tendrían aún mas ventaja. Imagina a Mercedes o Ferrari pagando un GP tras otro para poder cambiar al UP sin penalizar en parrilla de largada... Los equipos "pobres" (Williams, por caso) aunque tengan una gran historia en la categoría tendrían UPs mas débiles que hasta ahora; y sin la solvencia económica para avanzar en la parrilla.
Llegan los meses habituales de runrún, a falta de GPs. Primero con rumores varios, de tecnologías secretas de tal o cuál equipo, luego vendrán los rumores comerciales (equipos que llegan en dificultades económicas, o logran un nuevo sponsor, o pilotos que llegan o se van a fuerza de chequera). Luego llega Febrero y las presentaciones oficiales de los coches. Aquí el ahorro les ha obligado a dejar de lado la majestuosidad de hace unos pocos años atrás, y hasta hay equipos que hacen solo una presentación "online".
Sds.
Martin