viernes, 7 de diciembre de 2018

¡Vaya por Dios!


A decir de los expertos, Ericsson lo ha hecho bastante bien en las pruebas de este pasado martes en el circuito de Sebring [A Marcus no le gusta ser embajador], pero el hombre, amén de admitir que se ha divertido como no le pasaba en años, ha tenido algunas palabritas para la Fórmula 1 que inmediatamente han sido sofocadas por los bomberos de la ley y el orden. El sueco es un perdedor, ¿qué va a decir...?

Pues sí, qué va a decir sino lo que piensa: que la F1 es más artificial y que a bordo de su coche recién estrenado ha recordado por qué se enamoró de las carreras [Ericsson describes Formula 1 as artificial after IndyCar test].

No parece un pecado grave, la verdad, y tampoco debería extrañar a nadie, salvo a aquellos que insisten en que nuestro deporte es igualito que antaño, porque en este bendito tema lleva insistiendo bastantes años gente del mundillo que no puede considerarse perdedora.

Hakkinen, Todt, el mismísimo Bernie, todos los que desde una u otra posición han señalado el excesivo peso que tienen los ingenieros en la actividad actual y el poquito espacio que queda en ella para los pilotos. Aunque la mejor definición la dio en 2015 Patrick Allen, director de Silverstone: «Le he dicho que las personas no vienen a ver chicos mirando pantallas de datos. Los aficionados quieren ver gladiadores pilotando en las carreras y pelear en una lucha justa. Nadie quiere escuchar que a los pilotos les dicen "levanta”, o “no vamos a coger al de delante", o "confórmarte con el segundo". [...] ¿Cuánto tiempo pasará antes de que el director técnico suba al cajón superior del podio, no el piloto?»

Sí, ésta parece una definición bastante clara de lo que supone algo artifical; y normal que sólo se quejen de ello los perdedores, porque los ganadores son los que sacan tajada y réditos de tan extraño estado de cosas en un deporte que se supone que va de competir e ir lo más rápido posible, que luego va fardando de ser la máxima expresión del automovilismo deportivo... ¡Sí, sí!

Pasad buena tarde, que mañana vuelve a ser fiesta. Os leo.

1 comentario:

Fabian Prieto dijo...

Lo que dice Ericcson, contrasta muy bien con las sensaciones que genera ver las carreras de la Indy. Llevo viendo 3 ediciones seguidas de las 500 y me he divertido como un enano en todas, finales dramáticos, tres autos a toda pastilla corriendo en paralelo, la sensación de que todo lo que se ha costruido se puede ir al carajo en cualquier momento... venga, no más de recordarlo se me acelera el corazón. De pocas carreras de la última etapa de F1 puedo decir lo mismo.