sábado, 15 de diciembre de 2018

La renovación de Mercedes [13-03-2013]


Mientras consumimos un día tan especial como el de hoy, y por aquello de que no nos falte lectura sobre Fórmula 1, me permito compartir con vosotros un artículo que escribí para mi espacio en Diariomotor allá como en marzo de 2013, que no ha llovido ni nada. Hamilton sólo contaba con un título Mundial a sus espaldas y se disponía a estrenar bajo fuego enemigo el hueco dejado por Michael Schumacher en la de Brackley. Todo era nuevo entonces...
 
 
La salida de Michael Schumacher y la incorporación de Lewis Hamilton a finales de 2012, y su consiguiente efecto mediático, dejaron entrever la posibilidad de que Mercedes AMG Petronas estuviera realizando una operación de maquillaje de cara a esta temporada, con el horizonte puesto en el cambio reglamentario que acometerá la parrilla en 2014, en el que Mercedes, como proveedora de motores, tiene también la obligación de demostrar su chance como escudería oficial tras la ruptura de su alianza con McLaren.

El reciente abandono de Norbert Haug como director deportivo y las eternas dudas sobre la permanencia de Ross Brawn al frente del equipo, incidían en que Daimler podía haberse cansado de sostener un entramado costoso que sólo daba quebraderos de cabeza a la de la estrella de tres puntas. En este sentido, la incorporación de dos nuevos accionistas: Toto Wolff, que ejerce de director ejecutivo, y Niki Lauda, quien ocupa la plaza dejada vacante por el alemán, pronosticaba que el cambio radical que sin duda se había iniciado, tardaría todavía en ofrecer resultados.

Sin embargo, a lo largo de la etapa posterior al final de la pasada sesión, debido fundamentalmente, a que la confianza mostrada en el proyecto por el piloto británico que conducirá el vehículo número 10 puso a la escudería de Brackley bajo los focos, las sucesivas interrogantes han ido desvelando un escenario en apariencia cuidadosamente diseñado, que ha hecho saltar las alarmas de la competencia y prensa especializada, cuando Mercedes obtenía los mejores tiempos absolutos en las dos sesiones de entrenamientos de pretemporada celebrados en Montmeló.

Así, contra todo pronóstico, el W04 parece tener muy poco que ver con su antecesor el W03 —un vehículo que demostró demasiadas carencias durante 2012, a pesar de haber logrado el triunfo en el pasado G.P. de China con Nico Rosberg al volante—, y se muestra mucho más resuelto y convincente en pista, poniendo en evidencia que la revolución orquestada por Brawn en las entrañas del equipo, puede estar dando resultados mucho antes de lo esperado, gracias al concurso de Aldo Costa, Bob Bell y Geoff Willis, adquisiciones recientes que se encargan del diseño y desarrollo, la dirección técnica y la dirección del departamento de aerodinámica, respectivamente, a la espera de que Paddy Lowe (aún en McLaren) llegue a finales de este año.

Al respecto, mientras Damon Hill, hijo de Graham Hill y campeón del mundo en 1996, así como presidente de la British Racing Drivers Club, atribuye el inesperado rendimiento de los monoplazas plateados a que en Brackley se ha tomado con la suficiente antelación el diseño del vehículo para 2013, el propio Michael Shumacher y Gerhard Berger ahondan en esta apreciación al desestimar que la incorporación de Wolff y Lauda haya sido la causante del milagro.

Sea como fuere, como decíamos más arriba, el W04 tiene muy poco que ver con el W03, vehículo que adolecía de un excesivo consumo de gomas y que no supo sacar ventaja de la aplicación del doble DRS durante la temporada.

Al hilo, cabe pensar en que tal vez hayan sido los problemas que sufrió Mercedes en la adecuada implementación del doble DRS en sus coches —al activar el DRS convencional, se inyectaba aire también bajo el alerón delantero, reduciendo la downforce—,  los que a la postre han facilitado la labor de encontrar una respuesta más sencilla que de momento, y a tenor de las sensaciones y tiempos obtenidos en Montmeló, parece dar buenos resultados, pues toda vez que ya no hay necesidad de que el ala anterior y el posterior actúen acompasadamente —en 2012 existía un pequeño retardo entre el funcionamiento de una y otra, que supuso algún que otro quebradero de cabeza a ingenieros y pilotos—, el monoplaza logra un mejor equilibrio dinámico en todo tipo de condiciones, lo que asegura sobre el papel, un menor consumo de neumáticos, auténtico Talón de Aquiles de Mercedes desde que retornara a la competición en 2010.

En todo caso, estamos a unas horas de comprobar en Albert Park si efectivamente Lewis Hamilton y Nico Rosberg se disponen a encarar una temporada de tránsito, o por el contrario, el trabajo realizado durante buena parte de 2012 en el seno de la escudería de Brackley ha puesto en sus manos un monoplaza con el que poder optar a romper las expectativas de Red Bull, Ferrari, McLaren y Lotus, sus más directos rivales, haciéndonos olvidar a los aficionados estas tres últimas temporadas pasadas y devolviendo a las míticas silberpfeile (flechas de plata) al lugar que por tradición les corresponde, y que sin duda es donde Daimler quiere verlas.

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