lunes, 18 de junio de 2018

Mira, Alf, mira...


Si un extraterrestre aficionado a la Fórmula 1, un suponer, hubiera disfrutado de las 24 Horas de Le Mans de este año, doy por seguro que se estaría preguntando todavía a estas alturas de la semana: ¿cómo es posible que los neumáticos del Toyota número 8 funcionaran tan bien con el nivel de exigencia al que fueron sometidos durante la prueba, y especialmente, de madrugada? —que tampoco os sorprenda tanto lo de extraterrestre, ¡coñe! Es una hipótesis, aunque así, a lo global, se podría decir que abundan los ejemplares de aliens en las redes sociales, ¡¿dónde si no?!, y que para estas cosas muchos se muestran incluso más finolis que los terráqueos...

En fin, la supuesta sorpresa tampoco tiene mucha enjundia, para qué vamos a engañarnos. Michelin produce gomas para una carrera, con la intención de que los coches compitan en ella, como hace Dunlop, por ejemplo, y Pirelli trabaja para el show, que ya nos lo advirtieron Mark Webber y André Lotterer allá cuando este último condujo un Caterham CT05 durante el Gran Premio de Bélgica 2014 [Show business], y el propio Bernie un año antes, concretamente cuando lo del Pirelligate.

Así que yo pillaría al extraterretre y le devolvería la pregunta en plan gallego: ¿qué opinas tú...?

Estoy jugando con todo esto ya que sé de sobra lo que me constestaría Alf —con vuestro permiso vamos a llamarle así. Alf queda muy bonito y hogareño—: no hay comparación posible, bajo los parámetros de la F1 resulta incomprensible que Fernando exprimiera en la noche los compuestos de su TS050 como lo hizo, y sin que estos fallaran ni tanto así.

Pues eso, que olvidaros de que Pirelli se abra campo en la Resistencia, aunque a cambio, ahora se puede entender mejor por qué teme la italiana una guerra de neumáticos y un segundo proveedor, y por qué hay algunos sabios que defienden a la milanesa como la cima de la tecnología ruedística, precisamente porque no podemos comparar su actividad con nada ni con nadie, que para eso ella es la suministradora única y ellos son los sabios, ¡ejem, ejem!

¿El show consiste en esto? Desgraciadamente me temo que sí.

Consiste sucintamente en evitar las comparaciones, no sea que nos saquen los colores y alguien acabe dando el cante. Y no, Fernando con unas Pirelli en su Toyota no habría sido capaz de revertir una situación que se resolvió satisfactoriamente por el coche, por él, y por una Michelin que se toma en serio lo que significa formar parte imprescindible de un Mundial.

Os leo.

3 comentarios:

Mario dijo...

Tengo una idea sobre como haría la reglamentación de neumáticos si estuviese en el pellejo de Liberty Media. Hay varias cosas de la reglamentación actual que salvaría; la cantidad de juegos y la elección previa la dejaría más o menos como está. No me parece que esté ahí el problema.

Establecería un canon anual fijo que cada escudería pagaría a su proveedor de neumáticos; cada marca de neumáticos que quiera participar tiene que presentar una gama de 5 compuestos de seco y dos de lluvia para todo el año y se haría una semana de test en pretemporada en los que los equipos probarían los neumáticos de todas los suministradores. Tras esa semana los equipos pasarían a escoger el suministrador de neumáticos de forma que todos los suministradores tengan un número de equipos igual, o una marca uno más en caso de ser impares. La forma de elección sería igual que en draft de la NBA, el último clasificado en el mundial de constructores escogería el primero y así sucesivamente. Después de que cada equipo tenga un suministrador se harían el resto de test de pretemporada utilizando cada equipo el suministrador escogido.

Bastian dijo...

simplemente brutal, todavía se me erizan los pelos con esa onboard

enrique dijo...

Yo el reglamento de los neumáticos lo haría fácil y sencillo: Duro, medio y blando. Y apañatelas con ellos. Habrá circuitos que necesitaras unas cosas y en otros otras. Yo no obligaría a utilizar dos o tres compuestos. Yo haría que los neumáticos sin maltratarlos, te permitan apretar pero el cliff sea exagerado.