sábado, 16 de mayo de 2020

Si me pinchan no sangro


Flaco favor se hacen algunos retocando la historia en Ferrari al gusto, con tal de rebajar el perfil de las expectativas levantadas por la incorporación de Carlos Sáinz al equipo italiano a partir de 2021. Imagino que se debe a que los principales promotores del contrato como segundo piloto para el madrileño todavía iban al colegio cuando Jean Todt decide cambiar lo que había sido el tradicional funcionamiento interno de La Scuderia desde la llegada de Michael Schumacher en 1996. 

Corre 2007, el heptacampeón ya no monta vehículo rosso y Petit Napoléon establece que lo mejor para la escuadra será que quien disponga de más puntos a la salida del Gran Premio de Italia de ese año ejercerá de candidato de Ferrari al título de Pilotos, contando, obviamente, con que su equivalente le apoyará haciendo de segundo.

Existe abundante hemeroteca al respecto así que no me enredo. Kimi Raikkonen sale de Monza con 74 puntos frente a los 69 de Felipe Massa y, en consecuencia, se convierte en el líder de la manada. Independientemente de los efectos del affaire McLaren, que también tuvieron su importancia, el finlandés se corona Campeón del Mundo y la de Il Cavallino Rampante recupera, así mismo, la añorada corona como Campeona del Mundo en Constructores después de haberla perdido a manos de Renault en 2005 y 2006.

El método de Todt había funcionado. Los conductores cumplieron escrupulosamente sus respectivos papeles, pero espoleados por llegar con ventaja sobre su compañero al Gran Premio de Italia, habían dado a La Scuderia lo que necesitaba: puntos.

El esquema se repite en 2008, ya con Stefano Domenicali en la dirección deportiva. Mi Felipe sale de Monza con 77 puntos frente a los 57 de Kimi y se convierte en el candidato. El de Espoo cumple a la perfeccion su cometido y apoya al brasileño en lo que resta de campaña con el resultado que todos conocemos: Ferrari ganará su último título en Marcas y Massa perderá el Mundial de Pilotos en la última carrera, quedando a 1 punto de Lewis Hamilton. Puesto que la cosa seguía funcionando, en 2009 se replica el sistema aunque lo convirtieron en agua de borrajas el cambio de normativa, lo pérfido que resultó el F60 y el grave accidente sufrido por el paulista en Hungría.

En 2010 entra en juego Fernando Alonso en sustitución de Kimi Raikkonen y hay debate. Las evidencias indican que su estatus no era de primer piloto contractual sino que se lo ganaba en pista pero la fabulación dice que sí, sobre todo apoyada en las reiteradas peticiones de protagonismo de mi Felipe, en las que, sea dicho de paso, se intuye siempre que él no había firmado como segundo piloto del asturiano y se veía obligado a hacer las cosas porque sí, aunque su rendimiento siempre fue bastante peor que el del español —144 puntos frente a 252 (2010), 118 frente a 257 (2011), 122 frente a 278 (2012), o 112 frente a 242 (2013, último años de convivencia)—, en 2013 se le permitió correr para sí mismo en la última parte de la sesión y de tanto en tanto regala perlas como ésta: «Tenía poder [Michael], pero con Fernando la lucha era más igualada, estábamos a la par pero logró poner todo a su favor...» [Sufrí mucho con Fernando Alonso, psicológicamente fue difícil].

Obviando que con estatus de primer piloto no hay que mover una pestaña para tener todo a tu favor, en 2014 llega de nuevo Kimi con la orden de espolear a Fernando y la opinión mayoritaria es que no es una gran idea, y copio la frase que dedicó a la nueva situación el nada sospechoso Álex García: «Es imposible no ver una cierta inocencia en las palabras de Montezemolo, que habla de tener a dos gallos en el mismo corral como si fuera la situación ideal...» [Luca di Montezemolo sugiere que Kimi Räikkönen puede ganar a Fernando Alonso].

¿Dos gallos en el mismo corral?, ¿un piloto número uno que tiene que poner todo a su favor...? Algo no encaja en el supuesto de que Alonso gozó de la posición de primer conductor en su etapa con la rossa. En todo caso, que es lo que nos ocupa, todo este panorama cambia radicalmente a partir de 2015, ya que Vettel se convierte en el epicentro de la actividad de La Scuderia y así se refieren a esta nueva situación tanto Sergio Marchionne como Maurizio Arrivabene o Mattia Binotto [Binotto insiste en que Vettel conserva la prioridad en Ferrari].

Parece lógico pensar que Maranello buscaba así volver a la gran época Schumacher, adoptando una clara estrategia de 1-2, pero, sobre todo, dar la comodidad necesaria al tetracampeón copiando punto por punto lo vivido por el alemán en el seno de Red Bull (2009 a 2014).

No ha funcionado, es evidente, pero la historia es la que es y Ferrari no tiene tradiciones de primer y segundo piloto, más bien, se adapta a lo que marcan los tiempos y las circunstancias, como, por cierto, suelen hacer todas las escuderías que buscan ganar. En este sentido, y ya termino, la llegada de Carlos Sáinz propone un escenario más similar al de 2007 que al de 2015 y años posteriores.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las Vettels, las niñas esas que siguen a Seb, gritaban de espanto cuando se osaba sugerir que su ídolo K-POP pudiera perder sus jerarquías en Ferrari.

Cómo va a ser? Así pretenden ganar un título?

Las mismas que sostienen que Alonso perdió con Hamilton en 2007, porque en Formula One los empates no existen.

Si Ron Dennis hubiese respetado la jerarquías tanto como Binotto, Mclaren habría salido campeón, y Fernando sería un tres veces.

En qué quedamos? No hay P que les resulte satisfactoria.