lunes, 18 de mayo de 2020

Ceguera de padre


La no renovación de Sebastian Vettel está desatando una especie de orgía de sinsentidos o está desvelando que la sobrevaloración no conduce a ninguna parte, elijan ustedes. Al hombre que se le atribuía devolver a su equipo varias veces lo que éste había invertido en él sólo le ha abierto los brazos Haas, y no me comparen porque no es lo mismo, ni parecido, no encajar en ningún proyecto (sic) tras años malgastándose en Woking que estar en la cúspide de la carrera, en uno de los dos equipos de primera línea, y que al cabo no te tienda la mano ni Racing Point.

Red Bull porque el New Project Vettel se apellida Verstappen, Ferrari por razones obvias, Alfa Romeo porque supondría un descenso sin cuerda, como recalar en Alpha Tauri, Mercedes AMG porque lo vería como una buena operación de marketing pero prou, que dicen los catalanes, y McLaren porque ni se lo ha pensado... Quitando a la de Steiner por lo comentado más arriba y descartada la de Silverstone porque no hay sitio, sólo quedan Renault y Williams. Y no me miren mal, pues sólo estoy echando cuentas a partir de lo que leo.

Ahora bien, por aquello de ser más justos que de costumbre en este tema, hay que admitir aquí que todo lo que he venido escribiendo sobre Alonso y su salida, y Hulkenberg y la suya, es aplicable al tetracampeón del mundo 2010 a 2013: esta Fórmula 1 es tan castañera que hasta se permite desperdiciar el mejor capital humano disponible, y esto va sin sorna alguna.

Y es que a ver, Racing Point tiene como peculiaridad que el hijo del jefe ocupa un asiento, es decir: en la británica resultaría infinitamente más fácil que en otras escuderías bajar a un oficial a tercer piloto para meter en el habitáculo a un tío que viene con ganas de revancha, que aceptaría gustoso bajarse el sueldo porque tiene pasta hasta decir basta, que con un clon del W10 de 2019 seguro que sería capaz de mojar la oreja a los de Maranello en alianza con Checo Pérez. Pero no, don Lawrence prefiere jugar inopinadamente al cuanto peor mejor, y ha escogido a su hijo antes que demostrar que su equipo está aquí para algo más que para lucir colores...

Al final el más listo de la parrilla va a ser Guenther Steiner: ha visto la oportunidad, no le dan miedo las operaciones de marketing y se ha abierto a contemplar la posibilidad que han desestimado sus rivales, aunque todo ello sea con la boquita pequeña. La posible resurrección de Vettel supone una golosina, esperar a que Lance nos deslumbre como el estallido de una supernova, no tanto.

Amor de padre o eso. Fórmula 1 moderna en estado puro. Les leo.

2 comentarios:

pocascanas dijo...

Yo en el lugar de Guenther hubiese hecho lo mismo.
Es más, con Vettel sólo me deshago de los dos...

Saludos desde el Coño Sur

Lastra dijo...

Pues sus fans del otro lado del charco - bueno, y los de este lado también - le dan ya por sentado en Mercedes en 2021. Uno no lo ve, pero me da cosa decirselo a los poveri, es cruel pincharles así la burbuja...