Al paso que va la burra, no me extrañaría nada que para enfatizar la grave situación que atraviesa la Fórmula 1 se recurriera a la madre o el padre de cualquier team boss, lagrimeando, claro: ¡esto es insostenible, un infierno!, ¡no puedo ver así a mi hijo ni un minuto más...!
Ya hemos hablado de la utilización que ha hecho la prensa especialista del caso Williams, así que en lo de hoy casi llueve sobre mojado: McLaren Automotive ha tratado de acogerse a unos préstamos en condiciones ventajosas, promovidos por el Gobierno británico para capear la crisis del coronavirus, y su solicitud ha sido rechazada por no encajar en los supuestos marcados, básicamente porque no ha agotado su tesorería ni sus márgenes para renegociar su deuda corriente.
Hasta aquí la noticia, que decía aquél. A partir de ella, y a pesar de que se explica en los principales medios el meollo de la cuestión aunque con la boca pequeña, dado que se ha traído el asunto a las páginas de deportes y suena mucho mejor «A McLaren le han negado un crédito» (sin especificar qué división de McLaren Group ha sido la protagonista del rechazo), en redes sociales hay un merequetén de la órdiga y, a estas horas, a muchos aficionados no les sacas de la cabeza eso de que muy mal deben andar las cosas en Woking para que le hayan negado 170 millones de euros...
¡Hombre de Dios!, un préstamo estatal en condiciones mucho mejores que las que ofrece el mercado suele suponer una bonita oportunidad para refinanciar la deuda de las empresas y para obtener una reducción considerable de gastos financieros. Al hilo, imagino que todo ha consistido en que McLaren Automotives ha visto cacho y ha tratado de sanearse un poco, sin conseguirlo, claro.
Os leo.
Os leo.
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