viernes, 29 de mayo de 2020

A quince años vista


A la chavalería le ha dado por reinvertar el pasado sin darse cuenta de que se ha metido en una lobera. Puestos a denunciar la insoportable situación a la que van a someter las hordas de alonsistas a Charles Leclerc en cuanto Carlos Sáinz pise Maranello (sic), no han tenido mejor ocurrencia que poner de ejemplo 2005 por aquello de que, en España, quien más y quien menos quedó lobatomizado en aquella época, o eso dicen, porque en vez de recurrir a la hemeroteca han decidido que las cosas eran así, tal y como las cuentan ellos, que casi se podría decir que lo vivieron a pie de trinchera.

El caso es que el Marca y el AS eran entonces más de Schumacher y Ferrari que de la incipiente estrella española y Renault o de Kimi y McLaren, pues estos últimos carecían de la solera ganadora de la italiana. ¿De parte de quién se pusieron los medios patrios en Indianápolis de aquel año? Pues claro, del lado de Bernie, que era lo propio...

Además de Antonio Lobato y su equipo también estaba TV3 y resultaba habitual en quienes podían pillar su señal, ver la Fórmula 1 por allí en vez de por Telecinco.

No existía internet tal y como la conocemos en estos instantes y el periodismo tenía la fea costumbre de publicar en papel, de forma que, en los medios generalistas, basta visitar las páginas de El Correo, El Mundo, o El País con las crónicas y reflexiones de Manel Serras y Oriol Puigdemont, o las opiniones postcarrera de Joan Villadelprat, para entender que Lobato no era el eje del mal. En 2005 teníamos Automóvil, Motor 16 y Autopista, por ejemplo, todas ellas y las que me dejo en el tintero, con su correspondiente sección de deporte, la F1 Racing en versión española. También estaba la Grand Prix Internacional, que luego pasó a llamarse Grand Prix Actual. En realidad había muchas fuentes y muchos grandes profesionales más allá del periodista asturiano, y por supuesto, nadie nos impedía el acceso a las revistas extranjeras en cualquier quiosco de capital de provincias o incluso de poblaciones menores: Austosport, MotorSport, Sport Auto, la F1 Racing inglesa, Autosprint, etcétera, etcétera, etcétera...

No, todo no era Lobato, esto es una idiotez como un campanario de grande, lo que sucede es que recurrir a 2005 es sumamente fácil. Y es que han transcurrido 15 años y si descontamos esta cifra de la edad de los paladines de la lobatomización, después de parar de descojonarnos vivos comprenderemos lo barato que resulta el postureo en redes sociales y lo triste que nos está quedando todo con aspirantes a influencers de este pelo y condición, que lo único que están consiguiendo es que nos vean desde fuera como una afición que no ha tenido dos luces nunca.

Os leo.

1 comentario:

Tadeo dijo...

Lo peor ya no es que no escuchen, es que no aprenden.

Se han dejado guiar por una serie de héroes del Twiter que no hacen más que manipular a los chavales, y no tan chavales, y llevarles hacia sus zonas de confort, allí donde ellos pueden expresar sus doctrinas por muy absurdas que estás sean.

Aún hay una cosa peor, las respuestas coordinadas por esos falsos líderes a todo el que defienda un discurso basado en el conocimiento y la experiencia. Aparecen en manada, no defienden ideas, defienden al macho alfa.

Saludos