miércoles, 27 de mayo de 2020

Entre Peter y Carlos hay un sindiós


No hay mala gente, hay malos juntaletras. El otro día me compartía Pedro Fermín un supuesto análisis elaborado por Peter Windsor al respecto de las expectativas que puede levantar el madrileño en Maranello [Carlos Sainz is een reactieve coureur], y no pude por menos pensar en qué se puede esperar de un individuo al que no le gusta La Scuderia y que, en lo tocante a McLaren, sigue siendo más de Ron Dennis que de Zak Brown. Ni hablamos del español, que a lo peor no le ha filtrado nada al plumilla británico y se ha mostrado opaco a sus necesidades como adalid de la noticia. Yo qué sé...

La verdad no pertenece al periodista sino a su destinatario: el aficionado, pero hay peña que, por hache o por be, no lo entiende o no quiere entenderlo, que lo mismo da. 

Windsor es uno más de los que tienen cuentas pendientes con media parrilla pero, así y todo, perseveran en dar la murga con sus idioteces porque hay quien se las compra [Los caraduras]. Y es que aquí dentro, personaje al que dices que no y enemigo que te buscas, y de suyo, lo que prima es lamer botas continuamente y hacer siempre lo conveniente.

Nada de esto tiene que ver sensu estricto con el periodismo, pero, al final, es lo que queda, y el bueno de Peter lo sabe y los tarambanas de turno piensan que es una buena fuente y, prácticamente, después de leerle no caben más palabras. Un especialista como él pone pegas al tipo que suplirá a Vettel en la de Il Cavallino y casi nos echamos a sudar, cuando lo que ocurre es que el aludido es un manús del engranaje, del apparatchik, al que le haces gracia y te encumbra, o le afeas una exclusiva y te pone a parir o te rodea de incógnitas.

Sé que es mucho pedir, pero os rogaría que discrimináseis. Publicar en medios no te convierte en periodista, y un figura que en su día alababa la proyección de Joylon Palmer, básicamente porque era amigo de su padre, nunca es una buena opción, fundamentalmente porque el primero que no cree en lo que está escribiendo es él.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Este no era uno de los dos de aquello que se intentó llamar USF1?
...
No caben más palabras