domingo, 3 de mayo de 2020

De hormigón armado


Hemos conocido que alertada por las quejas de otros equipos, la FIA se acercó a Silverstone para comprobar la legitimidad del W10 rosa de Racing Point para 2020, y, como era de esperar, salió satisfecha del trabajo de copia realizado por la británica, y no me estoy inventando nada, ya que el propio Andrew Green corrobora este aspecto: «Puede tener algunas similitudes con el Mercedes, porque es similar, pero no es el mismo» [La FIA comparó el RP20 y el Mercedes W10 en la fábrica de Racing Point].

Vale, suena a chiste de Los Hermanos Marx o a enredo made in Mariano Rajoy, ya que eso de afirmar que el RP20 es similar al W10 pero no es el mismo y por eso puede tener algunas similitudes, viene a significar que el clonado del Mercedes AMG se ha hecho respetando las normas, que hasta ahí, creo, ya llegábamos todos. Pero Green se lía la manta a la cabeza, se viene arriba, y nos lo explica mascadito: «¿Por qué ir en contra del concepto que han estado utilizando [en Brackley] y que adoptamos? ¿Por qué no juntar los dos y trabajar a partir de ahí? Eso, obviamente, significa un coche completamente nuevo con cero influencia de las piezas del coche anterior...»

A ver, Andrew, adoptar un concepto para trabajar a partir de él pero resultando similar, no significa un coche completamente nuevo con cero influencia de la obra original, significa que Racing Point se ha apañado un proyecto ajeno y lo ha hecho propio adaptándolo a sus necesidades, como Ana Rosa Quintana hizo en su libro. Básicamente lo que ha mosqueado a los rivales de la de Stroll, ya que si la Fórmula 1 es el máximo exponente del automovilismo deportivo, parece exigible a sus exclusivos integrantes que no ahorren en I+D+i tomando un atajo que canta más que María Callas.

Independientemente de que el asunto sea legal al amparo del actual reglamento, queda feo en un entorno en el que, quien más, quien menos, se toma en serio lo de hacer genuinos monoplazas de competición. Hasta hoy pensaba que había faltado inteligencia en la operación, pero ahora compruebo que lo que sobra es jeta de hormigón armado, y no lo digo por el resultado que disputará el Mundial 2020 si al final se celebra, sino porque, encima, se insiste desde la británica en que comulguemos con ruedas de molino. 

Os leo.

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