martes, 19 de mayo de 2020

En territorio de Smaug


La presencia casi constante de Bernie Ecclestone en el candelero de la actualidad sólo tiene razón de ser si los modernos creadores de contenidos se han vuelto más ingleses y mucho ingleses, que diría don Mariano Rajoy Brey, nuestro ex presidente del Gobierno, o que la juventud de los aludidos les impide ver lo peligroso que resulta darle bola.

Mr. E, como les gusta referirlo a los que sienten que es como su entrañable vecino de calle o de portal, es un individuo que lo mismo esgrime una cruz y recita versículos del Apocalípsis de San Juan en un concierto de rock satánico, que se presenta en una iglesia para corretear entre los bancos en pelota picada y haciendo proposiciones indecentes a las feligresas de mayor edad... 

Bernie es un provocador nato y conviene no olvidarlo, porque su vida ha sido un permanente tirar anzuelos para que los ilusos picasen y elevaran a primera plana sus declaraciones.

Capaz de decir una cosa y su contraria en la misma frase, él es el protagonista ad nauseam porque no faltará quien ponga su nombre, o su apellido, junto al de Hamilton, Vettel, Liberty o la madre que parió a Peneque, que tanto da. Bernie siempre dice, siempre opina, siempre aconseja, siempre tiene una visión particular que dar. Sus hechos afirmarán lo contrario la mayoría de veces, pero su malabarismo dialéctico es portentoso porque sabe perfectamente que la mayoría de plumillas tiene memoria de pez y busca titulares, no noticias, y él los proporciona continuamente, claro, de hecho, es un manantial de encabezamientos a cuerpo grande y negrita.

Descartado que al personal le haya dado por pillarse el pasaporte británico, nos quedan la juventud y las pocas tablas de aquellos que ven en Ecclestone una fuente sólida y fiable, enfrentada en inferioridad de condiciones a la infalible capacidad del dragón Smaug para seguir desayunando lelos, sobre todo los lunes por la mañana, cuando hay más lectores y menos prisa por incorporarse al trabajo.

Os leo.

No hay comentarios: