No sé cómo se meten a puerta cerrada más de siete kilómetros de circuito y una extensísima tradición como la de Spa-Francorchamps, pero sin duda estamos a punto de comprobarlo, ya que el trazado belga parece que por fin va a ocupar sitio en el calendario F1 para 2020, siempre y cuando los planes de Liberty Media sigan su curso, las autoridades sanitarias de Bélgica den el pertinente visto bueno administrativo y el bendito rebrote del virus nos dé cuartelillo.
Decía hace relativamente poco que no era capaz de imaginar Monza sin público [Esperando que llueva café], pero, a lo Manuel Alcántara, también os confieso que ya he comenzado a abocetarlo por aquello de ir haciéndome a la idea. En fin, todo es ponerse, y puesto que el camino parece definido lo mejor será aceptar que a lo peor el único sitio donde permitan la afluencia del respetable será en Abu Dhabi, básicamente porque allí todo queda guapo, en plan postal, con los septuegenarios de Bernie luciendo Rolex y palmito, mientras los aficionados y sus tradiciones siguen importando más o menos lo que siempre.
No me hagáis mucho caso. Buenos días, os leo.
No me hagáis mucho caso. Buenos días, os leo.
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