Estamos llegando al Gran Premio de Mónaco pero se nota en el ambiente un como si no hubiera ganas, un casi no hay mucho que decir, un cierto desinfle del que por cierto, llevo avisando hace más de tres o cuatro temporadas, como poco. Me preguntáis qué opino, me habláis de él, me lo dibujáis en el aire con el dedo o a boli sobre una servilleta, me interrogáis sobre qué está pasando, pero lamentándolo mucho no puedo aportar gran cosa (nueva) en estos momentos.
Sin apenas darnos cuenta hemos pasado de un escenario en el que lo interesante era participar de él y compartir experiencias, a otro en que nos sobran sacerdotes empeñados en que comprendamos que el vasto mundo del automovilismo deportivo va más allá de la Fórmula 1, y en que nos entre en la cabeza, incluso a martillazos, como si fuésemos gansos a los que engordar para hacer foie gras, que es lo mejor de la muerte acceder a cualquier información relativa a categorías y disciplinas diferentes a la nuestra, así, a lo bruto, sin discriminar ni establecer jerarquías.
Obviamente no hay tiempo para todo salvo que seas un diletante que busca trabajo y colocación desde redes sociales, o alguien que salvando la época de los exámenes, dispone de todas las horas del mundo. Y que no se me moleste nadie con esto que estoy diciendo.
Hemos cedido el timón a los friquis, tengan la edad que tengan, y estos nos han dicho de qué hay que hablar y de qué no. Aunque a la hora de la verdad, cuando los que les han creído y esperan instrucciones han dejado de compartir sus tonterías con el resto, más que nada por evitar que nadie les afee en público, los que sabían que es lo que nos conviene a todos nunca aparecen para rellenar los huecos. Están a sus cosas, y es comprensible.
Y bueno, la Fórmula 1 decae porque Liberty no lo está haciendo bien o por cualquier otra chuminada, incluso con el Gran Premio de Mónaco a la vista.
La Indy 500 ya ha asomado las orejas y en menos de un mes nos enfrentamos a ese monumento que responde a la denominación de origen 24 Horas de Le Mans, y puesto que yo sí sé discriminar y tengo perfectamente claro qué prioridades me interesan del automovilismo, seguiré escribiendo de lo que me gusta, consciente de que hay mucha gente a la que le viene atravesado eso de empaparse de fórmulas menores o raras con tal de que nadie le mire de reojo.
Sinceramente, por si os sirve de guía os diré que me importa un pimiento cómo me miran. Vivo todo esto a mi manera y presiento que este desaire constante a los de la monserga de turno es la que me salva. Pero a lo que vamos. Nos quedan 25 días para el inicio de la carrera de La Sarthe y aunque siempre aparecerá alguno con ganas de darme un bañito de realidad, voy a invertirlos en tratar de que os enamoréis un poquito más de todo esto. Luego, si eso, elegís vosotros con qué os quedáis, ya que fundamentalmente, os sigo considerando personas inteligentes y con criterio, que lo último que necesitáis es que alguien venga con un embudo a deciros qué es lo que debéis tomar para poder consideraros aficionados.
Hay que adecentar y poner a punto el invento, y cuidarlo los próximos días, que no falte, pero la etiqueta #BlueTrainSpecial ya está dibujada en Nürbu y arranca esta tarde con el número 25 y en modo descuento. Cuando el contador llegue a cero, valoramos juntos si entre el 16 y 17 de junio invierto el tiempo en acompañar a Fernando a entrada por hora.
Y eso, que os leo.
La Indy 500 ya ha asomado las orejas y en menos de un mes nos enfrentamos a ese monumento que responde a la denominación de origen 24 Horas de Le Mans, y puesto que yo sí sé discriminar y tengo perfectamente claro qué prioridades me interesan del automovilismo, seguiré escribiendo de lo que me gusta, consciente de que hay mucha gente a la que le viene atravesado eso de empaparse de fórmulas menores o raras con tal de que nadie le mire de reojo.
Sinceramente, por si os sirve de guía os diré que me importa un pimiento cómo me miran. Vivo todo esto a mi manera y presiento que este desaire constante a los de la monserga de turno es la que me salva. Pero a lo que vamos. Nos quedan 25 días para el inicio de la carrera de La Sarthe y aunque siempre aparecerá alguno con ganas de darme un bañito de realidad, voy a invertirlos en tratar de que os enamoréis un poquito más de todo esto. Luego, si eso, elegís vosotros con qué os quedáis, ya que fundamentalmente, os sigo considerando personas inteligentes y con criterio, que lo último que necesitáis es que alguien venga con un embudo a deciros qué es lo que debéis tomar para poder consideraros aficionados.
Hay que adecentar y poner a punto el invento, y cuidarlo los próximos días, que no falte, pero la etiqueta #BlueTrainSpecial ya está dibujada en Nürbu y arranca esta tarde con el número 25 y en modo descuento. Cuando el contador llegue a cero, valoramos juntos si entre el 16 y 17 de junio invierto el tiempo en acompañar a Fernando a entrada por hora.
Y eso, que os leo.
1 comentario:
Uhhh!!! Recuerdo el antecedente, esto va a estar bueno!!!
Saludos desde el Coño Sur (el ultramarino ;)
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