Llevo ilustrando mis textos con la marca o el logotipo de Aston Martin desde hace no sé ni cuánto, hasta el punto de que he llegado a pensar que cada vez que lo hacía moría un hada.
Después de una intentona fallida en 2008 con vistas a 2009, Prodrive de David Richards mostró su interés en participar en la F1 Low Cost de Max Mosley y se barajó la posibilidad de que Aston Martin tuviera sitio en el proyecto, un ejemplo bastante remoto en el tiempo, como se puede comprobar fácilmente a poco que os animéis a hacer algo de hemeroteca.
Ahí van otros: andaba yo de redactor en Diariomotor (2012 a 2014) y la de Gaydon también sonó para formar parte de la parrilla 2014, en el estreno de la era híbrida. En 2016 llegó la asociación inicial con la de Milton Keynes y en 2017 se anunció que para el año siguiente la austriaca compartiría nombre con la británica: Aston Martin-Red Bull, ¡ahí quedaba eso...!, lo que inmediatamente aventó la idea de que iba a comprar la escudería austriaca, aunque se calmaron las aguas porque Aston Martin sólo quería proveerla de motores en un futuro no demasiado lejano entonces.
Ya termino con los ejemplos de marras: como no podía ser de otra manera, Andy Palmer, CEO de la compañía, insinuaba esa misma temporada que su empresa estaba interesada en el futuro propuesto por Liberty Media e, inmediatamente, Aston Martin saltó a la palestra en los medios como posible suministrador de propulsores o como escudería independiente...
Bueno, se han dado tantas vueltas que ha habido tiempo para hacer infinidad de bromas con este asunto, incluso para hablar de constantes gatillazos por parte de Aston Martin o para insinuar que parecía la mala moneda que andaba de mano en mano en los cuentos de las abuelas. Y el caso es que la noticia de que Lawrence Stroll interviene en un consorcio que ha comprado un paquete accionarial de Aston Martin, ni me ha pillado de nuevas ni me produce especial emoción.
Si al final Racing Point y la aludida forman pareja de baile en 2021, prefiero esperar a ver si bailan foxtrot o tango antes de lanzar las campanas al vuelo, ya que con lo que os he contado, a la vista está que también sería posible que todo consista en que Aston Martin patrocinará a la de Silverstone como ha patrocinado a Red Bull, o como Alfa Romeo patrocina a la ex Sauber del mismo nombre, mismamente, y que sólo estemos ante un bonito cambio de envoltorio para el mismo caramelo.
Si al final Racing Point y la aludida forman pareja de baile en 2021, prefiero esperar a ver si bailan foxtrot o tango antes de lanzar las campanas al vuelo, ya que con lo que os he contado, a la vista está que también sería posible que todo consista en que Aston Martin patrocinará a la de Silverstone como ha patrocinado a Red Bull, o como Alfa Romeo patrocina a la ex Sauber del mismo nombre, mismamente, y que sólo estemos ante un bonito cambio de envoltorio para el mismo caramelo.
Os leo.
1 comentario:
Y yo que quiero un DB5, ¡¡maldito 007!!
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