viernes, 31 de enero de 2020

En las entrañas de Endor


Fulminamos enero. Ha transcurrido relativamente rápido y a su paso nos has llenado los bolsillos de caramelos porque, quiero imaginar, como chicos buenos nos hemos portado bien manteniendo el fuerte a salvo de los enemigos y lavándonos la cara y las manos de esos bulos pegajosos que no hay Dios que se quite de encima...

Febrero va a ser diferente, al menos para mí. Resulta complicado aceptar que es la vida la que no quiere cerrar heridas, pero esta vez también cruzaré los dedos y sortearé ese puto 12 que me arrebató a mi hermano.

Algo he ido ganando desde aquel lejano 3 de agosto de 2007. Soñaba con que el final se pareciese al principio, como el bueno del sargento mayor Highway, y mis deseos se están viendo colmados, la verdad, porque noto cómo las cosas me importan cada vez menos, incluso en días como hoy, en los que me adentro en los corredores gaseosos de la atmósfera de Endor sin saber muy bien de dónde vengo ni adónde voy...

Quizás todo consiste en esto mismo: en dejarse llevar por la corriente esperando que los amigos y los seres queridos mezan tus huesos cuando todo haya acabado, y jaleen y canten luego el tiempo compartido. Clavamos 80 entradas con ésta y haremos a partir de ahora que la vida siga mereciendo la pena.

Os leo.

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