miércoles, 30 de mayo de 2018

Bleu de France [#BlueTrain/017]


Cuando Bugatti vestía con orgullo el color bleu de France por los circuitos de Dios, demostrando con ello que a francesa no la ganaba ni Juana de Arco —quizá espoleada por la necesidada de limpiar la mancha de haber nacido en la comuna de Molsheim, en 1909 bajo bandera alemana, siendo puesta en pie por el italiano de cuna Ettore Bugatti—, sus coches eran sinónimo tanto de belleza y lujo como de competición pura raza.

No vamos a ponernos a discutir de nuevo sobre los orígenes del automovilismo deportivo, aunque hay que reconocer que los franceses, seguramente como nadie, vieron inmediatamente las enormes posibilidades que anidaban en participar y ganar carreras para vender luego los coches de producción con mayor facilidad.

En el periodo inmediatamente anterior al estallido de la Segunda Guerra Mundial, Bugatti hace coches caros para un público exclusivo y soporta su elaborada imagen de marca disputando pruebas, al estilo Delahaye o Talbot, o Bentley en Gran Bretaña. Obviamente, las 24 Horas de Le Mans no van a quedar ajenas a este interés técnico y comercial de la alsaciana.

Sus monoplazas ya son muy conocidos pero falta dar un paso más que se concreta cuando Jean, hijo de Ettore Bugatti, y el ya piloto Pierre Veyron se conocen alrededor de 1932. El primero, sabedor de que el segundo tiene más alma de ingeniero que de conductor de carreras, le propone que se una al proyecto de la empresa familiar y alumbre un vehículo capaz de ganar las 24 Horas, que sirva, también, como base para los flamantes coches de fábrica.

Nacerá así el Type 57 y su saga, que en su versión 57G Tank vencerá en La Sarthe en la edición de 1937 con Jean-Pierre Wimille y Robert Benoist al volante, y en la del Type 57C de 1939, que replicará victoria, esta vez con Vimille de nuevo, pero también con el propio Pierre Veyron compartiendo el puesto de conductor.


La vida da muchas vueltas y el tiempo ha querido que Bugatti haya vuelto la espalda al interés inicial de Ettore, su fundador. Hoy es el día en que la marca pertenece al grupo alemán VAG (Volkswagen Aktiengesellschaft), pero con ocasión de que en 2013 se celebraba el nonagésimo aniversario del estreno de la mítica prueba francesa, la marca lanzó una serie limitada de 6 exclusivísimas versiones del Bugatti Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse bajo la divisa «Les Légendes de Bugatti».

Ettore Bugatti, Jean Bugatti, Rembrandt Bugatti, Roland Garros (Black Bess), Meo Constantini, y por supuesto, Jean-Pierre Wimille y Le Mans, el Type 57 y el color bleu de France...

Os leo.

1 comentario:

anonimo dijo...

Las estrategias comerciales actuales son diferentes a las de hace 100 años, cuando nació la marca. VW ha "resucitado" a Audi, por ejemplo, y no a Wanderer, quién sabe por qué.
Bugatti tiene de los coches originales... el cartelito con el nombre. VW no necesita imponerlo en Le Mans (para eso ya utiliza a Porsche).
Hace tiempo atrás, un analista comentaba en un artículo, que cada vez que VW vendía un Veyron a dos millones de euros perdía otros dos. Lo tenía disponible en el mercado para marcar que era el mejor auto de calle del mundo, y nada más. Como no se vendía demasiado, la "pérdida" de esos dos millones por cada unidad vendida le significaban un monto significativamente menor a un programa F1, donde no tenía siquiera garantizada la victoria.