Más que un libro de arte visual, Fee1 (Madrid, 2018), supone un viaje a través de las sensaciones que suscita la Fórmula 1 en una mente inquieta como la del artista Miguel Rivavelarde, profesional de carne y hueso que se oculta detrás del nick Marko-F1.
En base a su peculiar forma de entender nuestro mundillo, el autor crea unas potentísimas imágenes, surgidas todas ellas a partir de un proceso previo de deconstrucción de fotografías convencionales, que una vez descompuestas y vueltas a ensamblar generan sugerentes nuevas versiones de la realidad.
Fee1 es un volumen grande y muy cuidado, que supera las 200 páginas. Apetece tenerlo en las manos y repasar una a una, las veces que haga falta, todas las sugerencias plásticas que ha escogido el artista para componer su obra.
Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta en papel de alto gramaje, su interior hace honor al aspecto exterior. La imagen manda en todo el trabajo y abundan los espacios en blanco rodeándolas, lo que facilita que respiren como si estuviéramos viéndolas en un museo o una sala de exposiciones, y que cada instantánea casi cobre vida en un estallido de formas y color, formando un universo que creíamos conocer perfectamente pero acaba resultando más atractivo y magnético, si cabe, una vez ha pasado por las manos y sensibilidad de Marko-F1.
Joan Villadelprat se encarga del breve prólogo a la edición y el propio autor nos reseña el motivo de su pasión y por qué pone en el foco al piloto como figura central de sus composiciones.
Me lo han regalado recientemente pero veo que se puede adquirir, así que os animo a buscarle hueco en vuestras bibliotecas, ya que, como decía al inicio: supone un viaje, a lo que añado el adjetivo «increíble».
Os leo.
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