Si Charles no estuviera en Ferrari desde hace seiscientos años podríamos arrogarle ingenuidad...
Vale, sólo lleva con la rossa desde 2019, tiempo suficiente como para saber que aunque su muro le prepare las citas él debe sentenciarlas en pista, a poder ser desde la clasificación, y por aquello de evitarse disgustos en carrera. Leclerc debería serenarse un poco y también alejarse de los del dato mata relato, los de Il Predestinato y la madre del cordero, porque tantas excusas, tantas traiciones, tantas conspiraciones y tanta lágrima, han ablandado su figura hasta límites bochornosos.
El monegasco no ha sabido mandar en Las Vegas y la cagada de La Scuderia lo ha rematado. Honestamente, no hay mucho más que decir al respecto.
Os leo.
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