Mónaco se queda en el circuito de carreras de la Fórmula 1 por unos años más. Han bastado algunas cesiones para que se haya obrado el milagro, y su celebración no dependerá ya de nuestro satélite y el calendario litúrgico cristiano [La luna, Pentecostés y Mónaco], por mor de evitar la coincidencia de fechas con las 500 Millas de Indianápolis.
Ganan los yanquis, pero el resultado de la negociación deja un regustito bastante agradable. Eso sí, ya que estamos, le pediría a Liberty Media que tratase como se merece a la longeva prueba del Principado, ya que, si la sigue asesinando Gran Premio a Gran Premio, todo esto no habrá servido de nada.
Os leo.
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