lunes, 22 de diciembre de 2025

¡Ya están aquí!


Estamos a dos pinceladas de tener resuelto 2026 sin que haya comenzado. 

En fin, tal ha sido la explosión de euforia provocada por la coronación de Lando Norris en Abu Dhabi, que hemos pasado 2025 al congelador por si nos hiciera falta en un futuro hacer con él las míticas croquetas de Amama, aunque, entretanto, se nos han ido abriendo las carnes y han comenzado a aflorar los secretos de alcoba y  chismes que nos amamantarán los próximos meses, salpimentados con los habituales consejos de vieja que no nos quitamos de encima ni con agua caliente y vinagre, ni así pasen mil años.

La vejez es un estado del alma que gracias a Dios todavía no me afecta, pero entre que a la chavalería le gusta ponerse solemne con tal de parecer adulta, aún a riesgo de acabar remedando al diputado Figaredo, y que a los mayorcetes les tira más que a un tonto llevar una gorra de cuadros parecerse a Pérez-Reverte, nos está quedando una actualidad automovilística que resulta un completo sindiós, si me permitís la expresión.

Ya en serio, yo me tomaría todo lo relativo a 2026 con pinzas y abundantes dosis de parsimonia. Peor que 2009 no nos va a ir, imagino, aunque siempre nos quedará recordar la cara que se nos quedó en Melbourne 2014 cuando comprobamos que llevar al rojo vivo los colectores de los V8 en Interlagos, unos meses atrás, había una broma de pésimo mal gusto...

En todo caso, ya que nos soy nadie de fiar, sí os comento que cuando oigáis a los zombies chicos y viejos llegar —andan muy desorientados—, o alguien grite ¡ya están aquí!, obréis en consecuencia y pongáis pies en polvorosa, pues, como dice Álex: soldado que huye, soldado que vale para la próxima batalla.

Os leo.

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