Confieso que no las tenía todas conmigo cuando decidí sumergirme en la lectura de Faster (Impedimenta, Madrid 2019). Regalo de hace un par de Navidades o tres, lo había pospuesto por mil y una razones, pero, fundamentalmente, porque me da cierto repelús leer historias noveladas sobre aspectos del automovilismo deportivo que me merecen un mayor respeto del que algunos autores les dedican.
Confieso, también, que me llevé una gratísima sorpresa cuando por fin abrí el libro y me dejé llevar por su literatura y las cosas que narran sus páginas.
Periodista y escritor, juega con la famosa canción Faster de George Harrison, que fue dedicada a Ronnie Peterson y da título al volumen, pero no es sino una de las muchas artimañas que contiene la obra, pues la trama no va ni de George, ni de The Beatles, ni de Juan Manuel Fangio, ni exactamente de carreras, sino que sirve de estímulo para recrear una parte deliciosa de la propia preadolescencia de Berti, en la que él y su amigo Fernán sueñan con convertirse alguna vez en periodistas profesionales y no tienen mejor ocurrencia que solicitar al Chueco una entrevista para dar empaque a su revista —en la actualidad la llamaríamos fanzine.
No voy a destripar Faster pero sí os voy a recomendar encarecidamente su lectura, porque todo lo expuesto en el párrafo anterior, y Jackie Stewart, y Fittipaldi, y Lauda, Steve McQueen, etcétera, y multitud de detalles del grupo de Liverpool y la Argentina cotidiana de aquellos años, acaban confluyendo en un relato gratificante y plagado de evocaciones, en el que Fangio, el auténtico, hace casi de maestro de ceremonias en el inevitable paso de la pubertad a la edad adulta.
Os leo.
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