¿Actuó mal el de Nashville? Pues hombre, yo diría que no estuvo bonito lo que hizo aunque le sirvió para calzarse la victoria, y que más allá de esta apreciación totalmente tontorrona podemos opinar lo que nos dé la gana que el resultado no va a variar ni una coma. Pero no adelantemos acontecimientos.
Óvalo corto con dos curvones de diferente radio y entrada y salida de pits que también se las traen con abalorios, supone un trazado en el que hay que completar 260 vueltas a toda pastilla con el tráfico y los doblados como principales enemigos, y donde la estrategia resulta determinante. Scott McLaughlin partía desde la pole seguido por Felix Rosenqvist y David Malukas, con Josef Newgarden y Will Power en la cuarta y quinta posiciones, lo que llevó a Penske a organizar la carrera de sus hombres en base a controlar el consumo y, por ende, ahorrar tiempo en boxes.
El accidente de Katherine Legge y Ed Carpenter en las primeras vueltas cambió pronto la partitura, y Kyle Kirkwood llevándose puestos poco después a Romain Grosjean y Conor Daly arruinó por completo las previsiones de disfrutar de una cita tranquila.
Los Teams actualizaron sus respectivas estrategias, lo que originó una densidad de tráfico en pista bastante relevante, y bueno, la carrera discurría dentro de unos cauces razonables mientras se iban consumiendo millas y no existía certeza de cómo iba a terminar la Bommarito 500. Pato, por ejemplo, quedaba fuera de combate con 220 giros por delante por fallo del propulsor, Kyffin Simpson se estrellaba en la vuelta 84, Ericsson y Rahal rompían poquito después de superar el ecuador de la prueba, Newgarden trompeaba en la 196, aunque sin consecuencias...
Todo discurría medio normal, como venimos diciendo, pero la escaleta sufrió un cambio profundo a partir del giro 240. Scott McLaughlin lideraba en esos instantes, seguido a muy corta distancia por Josef Newgarden, ambos con una cantidad de combustible justita para un Zippo. En la 239 entraban a pits Power y Malukas, pero a nada de reintegrase el primero cerraba al segundo y éste perdía el control y terminaba su aventura contra el muro. El caution fue aprovechado por McLaughlin y Newgarden para parar, con el norteamericano robando la cartera al neozelandés en la salida, pero en el reinicio el de Tennessee se tomó su tiempo antes de volver a rodar con normalidad, la parrilla se comprimió, y Power fue empitonado por Alexander Rossi.
Dirección de carrera decretó la bandera roja porque, además de Power y Rossi, también se habían visto involucrados Siegel, Harvey y Grosjean en el incidente.
Newgarden no fue penalizado, pero la carrera había quedado reducida a un stint rapidísimo de siete giros, espacio suficiente para que el bueno de Josef se quitara de encima a McLaughlin por siempre jamás, en el Gateway, claro.
Newgarden primero en ver la ajedrezada, seguido por McLaughlin y Linus Lundqvist. Álex Palou firmaba un maravilloso cuarto puesto que lo apalanca como líder de la NTT IndyCar Series, y Colton Herta cerraba el Top 5. Únicamente estos cinco pilotos completaron la distancia de carrera, ya que, a partir del sexto, Felix Rosenqvist, comenzaban a sumarse las vueltas de descuento.
Os leo.
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