martes, 20 de agosto de 2024

Diferencias, matices...


No seré yo quien le quite el juguete a nadie, pero años y años aguantando apasionamientos y normas de mínimo decoro, me chasquea bastante la alegría desbordada que inunda las redes y algunos medios, al respecto de que a Max se le hayan torcido las cosas esta temporada 2024.

Gracias a Dios Verstappen es bastante más que esa dependencia de su RB20 que tanto se hace notar. Obviamente, si el monoplaza no chuta queda muy poquito por hacer, lo que me lleva a recordar que a cuenta del porpoising ya cortaron las alas del RB18 a mitad de campaña, que al RB19 le cambiaron la construcción de las ruedas también en mitad de la partida, y le echaron para atrás la flexibilidad de las alas delanteras que este año se ha permitido a Mercedes AMG y McLaren...

Hombre, me digo, en algún momento tenía que funcionar eso de parar los pies a los de Milton Keynes por lo civil o por lo militar. Ahora toca la llamada frenada asimétrica y quién sabe lo que será mañana, pero, en líneas generales, no me gustan este tipo de mamoneos de despacho, políticos, que se decía antes, ni mucho menos me alegro de que a un piloto como el holandés haya que romperle las piernas para que florezca el espectáculo.

Con Vettel fuimos infinitamente más tolerantes y con Hamilton ni os cuento. No sé, a lo mejor alguien se está pasando tres pueblos y debería lavarse la boca con lejía antes de hablar de Fórmula 1 y andar impartiendo lecciones. A mí me entristece, por si os sirve de algo.

Os leo.

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